Un buen trailer y un buen final es lo poco que deja la selección española en su regreso a Gran Canaria once años después. El combinado de Luis Enrique superó a Bosnia (1-0) en un amistoso de tono gris en el que solo el homenaje previo a David Silva y el esprint final liderado por novatos hambrientos levantaron al público de Siete Palmas, que apenas registró media entrada en medio de la lluvia.

Al menos el tanto del jugador con menos caché de la convocatoria -no llega a los veinte partidos como titular en Primera División- sirvió para hacer justicia en el marcador y prolongar los buenos resultados de España cada vez que pisa la Isla: cinco triunfos y dos empates en siete partidos.

A pesar de que en las largas posesiones de España predominaron los bostezos y que Bosnia está lejos de ser una potencia, Luis Enrique podrá sacar conclusiones positivas del encuentro. Para empezar, la pareja de centrales, formada por Diego Llorente (25 años) y Mario Hermoso (23) cumplieron con muy buena nota. Al combinado balcánico, clasificado para la Liga A de Naciones a las órdenes de Prosinecki, no se le iba la vida en este encuentro, pero ha demostrado ser un conjunto serio atrás y peligroso al contragolpe, donde cuenta con su gran estrella, un Edin Dzeko de primer nivel europeo. La otra, Miralem Pjanic, no vino a la Isla por lesión. Sin embargo, los centrales de Real Sociedad y Espanyol respondieron bien tanto en tareas defensivas como en salida de balón.

En ese aspecto es donde brilló el mejor jugador del partido: Rodri Hernández. El colchonero volvió a exhibir que hay relevo generacional garantizado para Sergio Busquets. A sus 22 años dio un máster de cómo debe comportarse un mediocentro. Siempre bien colocado para frenar los contragolpes de Bosnia y para ofrecerse a todo el mundo. Es un clon del mejor Busquets y será una pieza esencial en el futuro de 'La Roja'.

Del resto del once titular solo Gayà estuvo a un buen nivel en una triste primera parte. Marco Asensio, Isco y Morata, los titulares con más peso, mostraron poca cosa. El delantero del Chelsea lo intentó por todos los medios, se le vio desquiciado en una dura entrada a un rival y llegó a fallar un gol dentro del área pequeña. El andaluz, que llevó el brazalete de capitán en un once inicial que sumaba menos de noventa internacionalidades, mejoró en la segunda parte cuando entró en contacto con Fornals y Brais. Entre los tres cambiaron el ritmo y aportaron algo de luz a un partido que transcurría en la más extrema frialdad, con España siempre dominando la posesión a partir de un 4-3-3 y una Bosnia centrada en protegerse a base de orden táctico, sin encerrarse pero sin darse demasiadas alegrías en ataque.

Isco y Ceballos fueron los únicos que repetían con respecto al once que cayó el jueves en Croacia. Para entonces ya la selección conocía que el subcampeón del mundo había caído con Inglaterra en Wembley, lo que le dejaba sin Final Four de la Liga de Naciones, un resultado que terminaba de apagar la efervescencia con la que había arrancado el proyecto de Luis Enrique. La regeneración de la mejor España de todos los tiempos no será nada sencilla.

En buena medida es porque Isco y Asensio, que deben ser pilares en este momento, no han iniciado la temporada con buen pie. Anoche debían ser de nuevo referentes frente a Bosnia pero les costó un mundo aparecer. No se escondieron, pero tampoco marcaron diferencias ni generaron demasiadas ocasiones en un partido que empezó con monólogo de la selección a pesar de que al primer minuto Kepa Arrizabalaga frenó un disparo raso de Visca.

Tampoco Ceballos y Suso daban un paso al frente. Así, solo la profundidad de Gayà y algún chispazo de Isco servían para inquietar a una Bosnia que estuvo muy cómoda durante la mayor parte del partido. A la media hora solo un disparo arriba de Isco y otro desviado de Suso se podían contabilizar, siendo generosos, como ocasiones de gol.

España no inquietaba pero sí mostraba unas ideas claras y buenos mecanismos. Presionaba en cuanto perdía la pelota, lo que le permitía recuperarla rápido y jugar la mayor parte del encuentro en campo contrario. Bosnia veía muy a lo lejos a Kepa, y cuando se acercaba se topaba con los despejes de Llorente, Hermoso o Rodri, siempre atentos. Le faltaba a la selección lo mismo que no la ha acompañado en los últimos grandes torneos: cambio de ritmo en los metros finales. Morata, en su enésimo afán de reivindicación, lo intentaba de todas las maneras posibles pero no conseguía embocar un centro o una cabalgada, siempre descolocado o llegando tarde en el área. Al borde del descanso aceleró España con un remate de Isco y un cabezazo de Asensio, pero el balance seguía siendo pobre para tanto control del balón.

En la reanudación se activó Morata, pero de nuevo le faltó frescura para definir. Y en el minuto 58 también fortuna ya que el rechace de Sehic a un buen tiro cruzado de Asensio le pilló a contrapié. Con el portero en el suelo y en boca de gol, el balón se le marchó fuera. Poco antes Krunic no llegó por poco a un centro de Visca. Bosnia no perdía de vista la portería de España.

Ya con el carrusel de cambios la selección dio el acelerón definitivo. Fornals, Brais y Rodrigo entraron con hambre e Isco se subió al carro. El gallego dio su primer destello con un pase de la muerte al que no llegó por poco Rodrigo, luego Gayà volvió a surgir como extremo en un centro que no embocó Isco y Asensio, ya en banda derecha, puso un centro peligroso.

La entrada de Pau López en la portería fue el tercer debut en Gran Canaria y a la vez el último cambio a un cuarto de hora para el final. España mascaba el gol, y llegó en una jugada bonita que nació en Fornals. Con un gran pase habilitó a Gayà en el corazón del área. El centro del valencianista lo luchó Azpilicueta -que entró por el lesionado Jonny- y lo encontró Isco. El madridista se revolvió y con un gran disparo puso a prueba a Sehic, cuyo rechace cayó a los pies de Brais. El gallego no tenía que hacer más que empujarla con todo de cara. Quedaban doce minutos y España quería más. El propio Brais, Asensio, Isco y Asensio tuvieron ocasiones, pero el retorno de España a Gran Canaria se quedó en un 1-0.