Morir en el césped. Prohibido ensuciar (más) el escudo. Es el clásico del psiquiátrico. Batalla de agonías en el partenón de Siete Palmas. Rubén Castro versus Suso Santana. La contienda del siglo con Fidel Chaves de agitador. La UD, un triunfo en once jornadas, recibe al Tenerife de José Luis Oltra -a tres puntos de la zona de descenso- en la cruzada del pánico (17.00, Movistar Partidazo). El bloque de Paco Herrera, cincuenta días sin ganar y cosida a cañonazos en las dos últimas salidas tras recibir ocho goles, busca el perdón.

El 20 de octubre, ante el Numancia (3-0), se firmó el último capítulo de éxtasis. El resto, el caos. En este declive industrial, con el cadáver del costalero Jiménez en la cuneta, vuelve el latir pasional de un derbi tres años después. La UD se presenta con las bajas de Momo, Sacko, Tomás Pekhart, Parras y el zaguero argentino Martín Mantovani. La gran novedad, en una lista de 19 jugadores -a descartar uno-, la encabeza el centrocampista Gaby Peñalba. 302 días después de su lesión ante el Sevilla, el timonero pide paso.

Sufrió un calvario para ser intervenido en julio en Finlandia -de una rotura parcial en la región distal del tendón del semimembranoso con línea de fractura tibial y fragmento óseo-, y ahora es un recurso sólido. Pero es el extremo onubense Fidel Chaves el rostro de la evangelización de Herrera. La última revolución. El técnico confirmó ayer la titularidad del puñal, que además coincidió con Oltra en el Córdoba. Además, vuelve Raúl Fernández a la portería, mientras que David García será reubicado en el centro de la retaguardia -relegando a Deivid al banquillo-. Álvaro Lemos, Cala y Dani Castellano completan la primera línea. Timor, Galarreta, Mesa, Araujo y Rubén portan el estandarte en el desierto.

Es el cuarto partido del segundo periplo de Herrera -lleva 27 días en el cargo- y está obligado a mostrar los "brotes verdes". El 4-1-4-1, con Fidel y Araujo en los costados, se postula como el nuevo dibujo. Equilibrio y contundencia. La última victoria de la UD ante el ogro del Teide se remonta al 10 de mayo de 2014 -el del agónico tanto de Vicente, con pase de Momo-. Cuatro años de eterna espera. El técnico amarillo busca su primera victoria en un derbi, mientras que Oltra se mantiene invicto en Siete Palmas - tras cinco batallas con los escudos del Ciudad de Murcia, Tenerife (2), Deportivo y RCD Mallorca-.

Rubén Castro alza la mano. Es su partido. Vuelve el Moña a la pasarela de pasión. Ya estuvo en el derbi del apagón (2001) y en el de las natillas (2004). Talento y pólvora a sus 36 años. Afronta su séptimo clásico. Su cruce con Suso Santana es la vitamina perfecta para elevar a la estratosfera a un partido singular. "Marcar al Tenerife es mejor que un orgasmo", valoró Hernán Santana, el último realizador amarillo.

Ansiedad en la definición

Oltra busca la primera victoria foránea del Tenerife en un estadio donde la UD no ha sucumbido desde mayo ante el Girona -en el último suspiro de Primera-. El grancanario Tyronne, exfutbolista amarillo, aguarda su oportunidad en el banco. El meta Dani Hernández, una línea de cuatro zagueros -Cámara, Sáenz, Ruiz y Camille-, con Milla, Alberto, Undabarrena y Acosta en la medular conforman las piezas en el tablero de ajedrez de la histeria. En punta: Nano y Malbasic.

Con 14 tantos, el Tete es el cuarto menos realizador de la categoría. Lejos del Heliodoro, ha logrado seis tantos en nueve duelos. Por su parte, Sergio Araujo, en su partido cien de amarillo, confía en brindarle un tanto a su hija. Por primera ocasión, estará en el estadio. La motivación del Chino, que no se ha estrenado ante el eterno rival. Es la hora. Décima y en caída libre, la UD busca el 'colocón' de un recital ante el Tete. Por el Roque Nublo y el despegue del Ferrari de los 19,2 millones. Un desliz sería una mancha macabra.