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El San Roque demuestra que tiene nivel nacional

El club de voleibol de El Batán vuelve a la tercera categoría después de 24 años

La plantilla del Club Voleibol San Roque antes de un entrenamiento en el polideportivo de El Batán. Por arriba, de izquierda a derecha: Francisco Báez, Óliver Rodríguez, Manuel Miranda, Sergio Camacho, Aday González, Eric Almeida, Jonathan Cárdenes. Por abajo: Daniel Sánchez, Alejandro Biliato, Pablo Peleguero, Adrián González, Gabriel Gil y Pedro Santana. ANDRÉS CRUZ

El Batán disfruta este año de voleibol nacional gracias a la clasificación del CV San Roque a Primera Nacional. "Aún hay dos divisiones más por encima", matizó Aday González, jugador del equipo absoluto y entrenador de categoría inferiores. Pero por primera vez desde 1994 el equipo juega una categoría nacional. "El nivel se nota mucho", aseguró el joven jugador Adrián González.

El Club Voleibol San Roque juega en el grupo B, con los equipos catalanes y aragoneses. "Es un grupo de muchísimo nivel", explicó Aday. Los viajes suponen un duro escollo para el equipo, con un presupuesto muy ajustado. "Cada viaje nos supone mucho dinero", detalló Aday. El club tiene que viajar cada 15 días y no lo hace precisamente en primera clase.

"Viajamos el mismo día que jugamos, pronto por la mañana", explicó Adrián. "En el aeropuerto cogemos coches de alquiler y vamos directo al pabellón, luego de vuelta al aeropuerto el mismo día". Eso hace que ganar partidos fuera de casa sea toda una odisea para el club. "En el partido contra el Sabadell llegamos justitos", reconoció. "Ese día bajamos de los coches, calentamos diez minutos y para dentro". Curiosamente, ganaron 2-3 ese encuentro ante los catalanes.

Pero lo mismo pasa a la inversa. "En el voleibol no es que haya mucho dinero, y cuando ellos tienen que venir a aquí también sufren", reveló Aday. De momento, el San Roque se ha aclimatado más que bien a la categoría. "Al principio íbamos con mucho respeto a los partidos, pero ya nos hemos acostumbrado y plantamos cara", afirmó el jugador Oliver Rodríguez.

De momento están en una respetable cuarta posición. "Estamos teniendo recompensa a nuestros esfuerzos", señaló Rodríguez. Y es que esta temporada los jugadores tienen que doblar los esfuerzos.

"No somos profesionales, todos trabajamos y practicamos esto porque es nuestra pasión", señaló el jugador Manuel Boza, que además de jugador es repartidor en una cadena de supermercados. "Todos realizamos nuestros esfuerzos para poder entrenar cada semana y estar al cien por cien con el equipo", añadió. Los jugadores sufrían menos con los viajes regionales. "El lunes la mitad de la plantilla se está durmiendo en sus puestos de trabajo", señaló Aday.

Para 2019 el club sueña con jugar por el ascenso. "Por pedir que no sea", decía Alessandro Biliato. Y es que los jugadores se han quitado los complejos. "Al principio si que nos miraban un poco por encima del hombro, porque a los catalanes se las hace raro ver a un equipo canario en su grupo", resaltó Adrián. Pero tras los primeros partidos fuera, el San Roque está sabiendo competir contra los equipos nacionales. "Ya nos han cogido respeto", añadió. "Hay mucho nivel, sobre todo en el Encamp andorrano y los de arriba", dijo Pablo Peleguero. Pero de momento el club grancanario está metido de lleno en la lucha por todo.

Este domingo se enfrentan al CN Sabadell en el polideportivo de El Batán. "Son un rival duro, que si ganamos nos ayuda a consolidarnos entre los primeros", reconoció Peleguero. Y es que la clasificación está muy igualada. "Los seis primeros estamos en un rango de cuatro puntos", matizó el jugador. Por ello, el San Roque se sienta capaz de todo. "El objetivo real es aguantar la categoría y, luego, llegar cuanto más lejos mejor", sentenció Manuel Boza.

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