Pocas entidades deportivas pueden presumir de festejar 85 años de existencia, y sobre todo en un deporte vernáculo como la Vela Latina Canaria. De ello se congratula el histórico Minerva, el bote de El Refugio. El primer casco se construía a finales de 1933, de la mano del afamado carpintero de ribera Maestro Juan Marrero Medina. Y fue él quien le iba a bautizar con el popular sobrenombre con que se conoce a esta embarcación dentro del mundillo botero, La Escoba. "Si ustedes me ayudan voy a construir un bote que va a barrer con todos", auguraba en aquellos tiempos.
El recién estrenado bote comienza a navegar por las aguas de la bahía de Las Palmas de Gran Canaria de manera oficial el 2 de septiembre de 1934. Y 85 años después de su primer contacto con el mar, la familia minervista quiere resaltar esta efeméride al alcance de pocos.
La entidad pretende celebrarlo a lo largo de esta temporada 2019 con diferentes actos que se irán desarrollando durante el curso. Se persigue homenajear a todos los que han contribuido a que continúe viva la llama de uno de los clubes con más arraigo y carisma de la flota, y que a lo largo de su historia no ha dejado nunca de participar en todas las competiciones, desde que estas comenzaban en los años 30 del pasado siglo.
En la amplia y rica historia del Minerva destaca el papel de la familia Cabrera, empezando por el recordado Manuel Cabrera La Fiera. Este histórico personaje de la Vela Latina Canaria fue uno de los culpables de la recuperación y de la continuidad del proyecto desde el regreso de la competición en la década de los 60.
A día de hoy, los destinos de La Escoba siguen ligados a esta saga familiar, con Juan, Israel, Alejandro, Imanol, César, Isabel y Almudena, aunque al frente del club figura David Betancor, el presidente, que cuenta con la estimable ayuda de Moisés Morán y de todos los minervistas, siempre cercanos y dispuestos a echar una mano al bote de sus amores.
En 2019, desde la entidad quieren de alguna manera acercar su rica historia a los aficionados del Minerva y a todos los amantes de la vela latina. El presidente del club señala que esta temporada la tienen marcada en rojo en el calendario, "como ya pasó en la campaña de nuestro 80 aniversario". "Ya llevamos algunos meses preparando los actos que queremos llevar a cabo para conmemorar nuestros 85 años de existencia", declara.
Imanol Viera Cabrera también considera muy importante resaltar los muchos años de competición que lleva a sus espaldas el Minerva: "Para nosotros es un dato importante, sobre todo por la dificultad que conlleva el mantenerse todo este tiempo participando, sin dejar de hacerlo ningún un año desde el año 1934".
En cuanto a los actos de celebración del 85 aniversario, Moisés Morán adelantaba que la presentación oficial del bote de cara a la temporada 2019 se hará justo el día anterior a la celebración de la decimoséptima edición del Concurso Memorial Manuel Cabrera La Fiera, prueba de libre participación que organizan los minervista y que tradicionalmente sirve como apertura oficiosa de la campaña.
También se llevará a cabo la presentación del nuevo logo, el himno del Minerva y de la tripulación. En el mes de abril se organizará una exposición de fotos, maquetas, trofeos y archivos de la historia del bote, "e iremos realizando diferentes bautismos de mar a partir del mes de abril", apuntaba.
El presidente David Betancor, por su parte, añadía que el día del Concurso Memorial Manuel Cabrera La Fiera tendrá lugar "una ofrenda floral en recuerdo de todos los minervista fallecidos y también de los tripulantes del resto de embarcaciones de la flota".
Recuperar la hegemonía de La Escoba de los inicios de la década de los años 70, con varios títulos del Campeonato y de la Copa Gran Canaria, está en el ánimo de los responsables del Minerva para esta temporada. Al respecto, Imanol Viera apuntaba lo siguiente: "La ilusión por ganar algún título siempre está presente en nosotros año tras año, pero este es especial y queremos dejar bien alto el listón".
No quería el presidente David Betancor dejar pasar la ocasión de agradecer la colaboración en estos últimos años del Grupo CRI, "que en su día nos ayudó a salir adelante de una situación económica complicada". También quiere extender este agradecimiento al Instituto Municipal de Deportes del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria por el patrocinio del 85 aniversario.
Primer campeón
La primera denominación del bote fue el de Oso Blanco, hasta que apareció la figura de Víctor Grau Bassas, uno de los fundadores del club y empleado de la aseguradora Minerva, que ofreció poner el nombre de la casa comercial. Al club le cabe el honor de ser el primer campeón oficial en 1934 y 1935, con Rafael Martín de patrón.
En el primer año gana el título en una pega de desempate con el Marino. Compartió flota en aquellos tiempos con los también recordados Poeta Tomás Morales, Porteño, Guerra del Río Santa Catalina, Las Palmas, Faycán y Tamarán, entre otros. A la caña, patrones afamados como Gabriel Bruno, Oramas, Monagas, Juan Cruz o Pitera, por citar algunos.
El viejo casco regresa en 1941 y se proclama campeón. Cierra esta primera etapa logrando su tercer título en 1944. No sería hasta finales de los 50 cuando, cual ave fénix, los colores blanco y verde del Minerva vuelven a relucir en las aguas de la bahía capitalina.
El entusiasmo de varios minervistas le llevan a recuperar el casco dormido en los solares Woermann de la calle Albareda. Especial mención en esta etapa a los nombres de Valido Santana, Santiago Torres y Manuel Cabrera La Fiera.
Con el nuevo casco construido por Pepe Saavedra, La Escoba recupera su esplendor en la década de los 60 gracias a patrones como Pitera, Paco Beneyto y los jóvenes Octavio Jiménez y Santi Ceballos. Con ellos se iba a lograr la mayoría de los trofeos que lucen en las vitrinas del club. Ganador del Campeonato en las temporadas 1970, 1974, 1975 y 1976, y del Torneo Eliminatorio La Caja en 1973, 1974, 1975, 1981 y 2002.
En la dilatada historia del Minerva se construyeron dos cascos más, en los años 1984 y 1994. El primero llevaba el sello de los hermanos Eusebio y Antonio Díaz; y el segundo, el de Pedro García. El bote actual con el que compite fue anteriormente fue utilizado por el ya desaparecido Perico, que estuvo un año navegando en aguas de la bahía capitalina.
