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De brega por Luisiana

El exluchador y labrante Mundín Santana ofreció una exhibición en San Bernardo, en el festival de 'Los isleños', que conmemora el origen canario de la ciudad americana

Mundín Santana da instrucciones a dos niños de la escuela J. F. Gauthier Elementary School mientras agarran en San Bernardo (Luisiana). lp/dlp

La historia de la parroquia de San Bernardo, uno de las comunidades que conforman el estado de Luisiana, a unas millas de Nueva Orleans, comenzó en Canarias. Las olas de emigrantes que dejaron atrás el Archipiélago, en busca de oportunidades más allá del Atlántico, dejó una huella imborrable en esta localidad de más de 60.000 habitantes. Cada año, los descendientes de aquellos hombres y mujeres que buscaron una vida en las humedades de la desembocadura del Misisipi, recuerdan sus raíces con el festival de 'Los Isleños'. Y este año, además del folclore o la comida de las Islas, en él se coló la lucha canaria.

Mundín Santana, ilustre figura de Los Guanches de Arucas, donde ejerció como luchador y presidente, tenía un encargo del Gobierno de Canarias. Labrante de profesión con su empresa Mecohersan, en un oficio heredado de sus antepasados, debía diseñar, construir e instalar un monumento que honrase la memoria de los canarios que levantaron San Bernardo.

"Al principio era de 60 centímetros, pero yo ya había estado en el cementerio de allí hacía tres años con la parranda Los Cebolleros y sabía cómo eran el resto. Se iba a quedar pequeño", rememora recién llegado de Estados Unidos. Con la cantería de Arucas, elaboró un monumento de casi tres metros de altura que instaló en el cementerio municipal, no sin inconvenientes. "El festival de 'Los Isleños' se celebraba el domingo, y el sábado por la mañana empecé a colocar todas las piezas, que estaban retenidas en la aduana por problemas burocráticos que al final se pudieron resolver", señala Santana.

La otra misión

Inaugurado el monumento, con la presencia de Tony Fernández, con raíces en Gáldar y en representación de los isleños de San Bernardo; Luis Padilla Macabeo, viceconsejero de Acción Exterior del Gobierno de Canarias; y de Gregory Michael Aymond, arzobispo de la Arquidiócesis de Nueva Orleans, Mundín Santana tenía otra misión que nació a título particular "por amor" a la lucha canaria.

Porque más allá de aquel trabajo, Mundín Santana quería aprovechar los días en Luisiana para otra cuestión: divulgar la lucha canaria en la comunidad. Para ello embarcó en su maleta 12 equipaciones de brega, algunas suyas y otras cedidas por Moncho Hernández 'Pollo del Callejón III'.

Y es que la huella isleña en el festival, en esta ocasión, estaba en manos de la Asociación Cultural y Musical Timbayba de Lanzarote, que impregnó de canariedad el ambiente con sus canciones y bailes. El programa incluía los días siguientes visitas a colegios e institutos para mostrar a San Bernardo parte de su identidad, forjada a finales del siglo XVIII. Y ahí, Mundín Santana sacó a pasear sus mañas.

Primero, Mundín, junto a su hijo Airam, pasaron por el colegio J. F. Gauthier Elementary School. "Tenía solo cuatro equipaciones pequeñas, pero a los chiquillos les encantó lo que hacíamos", apunta Santana, que contó con la colaboración de la directora del centro Lisa Young. Bill Hyman, historiador y cronista de los isleños en la zona, comenta que hace unos "130 años que no se veía lucha canaria en San Bernardo".

"Varias familias trajeron este deporte, pero se extinguió a finales del siglo XIX. Han sido unos días maravillosos porque hemos podido volver a ver esta modalidad de lucha", sentencia Hyman.

La ruta de la lucha canaria continuó en el Instituto Chalmette, donde Mundín y Airam se toparon con unos cuerpos de puntales. Y es que la exhibición estuvo orientada y protagonizada por alumnos del equipo de lucha libre del centro académico, con su entrenador Christopher McNamara a la cabeza. "Agaraban que daban miedo. Les encantó la experiencia", resalta. La puerta para volver a San Bernardo está abierta. Porque como reza el monumento de piedra en memoria de los isleños: no se debe olvidar a "todos los canarios que lucharon para hacer grande este país", los Estados Unidos de América.

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