La liberación de Ricardo Rodríguez 'Medianito IV' fue total. "La verdad... [hace una parada larga] es que soy muy feliz, mucho. Lo que hemos hecho ha sido increíble. Creo que nadie daba un duro por nosotros y lo conseguimos. Y más después de todo lo que había pasado. Eso nos dio más fuerza, con más concentración y muchas más ganas. Es que estoy muy feliz, muy feliz", resumió.
Cuando apenas quedaba gente en el Terrero Municipal de Vecindario, los luchadores del Unión Agüimes Cicar seguían inmortalizando el momento con sus teléfonos móviles. Fernando Méndez, presidente del club, disfrutaba por fin. Pepe Alemán, mandador de corto, espetaba un 'a ver quién lucha mañana con el Chimbesque' [por ayer para el lector].
Poco importaba ya eso con el título en la mano. Y en las gradas la familia de 'Medianito IV' repasaba la hazaña con él. Sus padres Gabriel y Ana Delia, sus hermanos Miguel Ángel, Nayra y Desiré, su pareja Carolina, sus cuñados y sobrinos no se perdieron la cita. "Ellos me apoyaron muchísimo con todo esto que me pasó. Siempre están ahí. Son 17 años fuera de la Isla y han aguantado todos mis altibajos. Esto va para ellos. Y por encima de todo a mis padres que siempre están ahí", asegura.
Pero también tiene presentes a la directiva del club, con Fernando Méndez y Aridane González. "Ellos hicieron todo lo posible para que yo pudiese luchar hoy. También mis compañeros y el pueblo de Agüimes. No les podía fallar", concluía.
El puntal palmero desarrolló una luchada perfecta. Salió a bregar en el momento deseado, con los hermanos Déniz, Ismael y Álvaro, por delante. Seguro, firme, le dio el título liguero al Unión Agüimes Cicar. Aprovechó el trabajo de sus compañeros para desestabilizar la media y la cabeza del Estrella. Y ahí apareció 'Mediano'. "Estaba muy concentrado, pero como todos mis compañeros. Suplimos el equipazo que ellos tienen con muchas ganas y cabeza", apuntó.
Y para el recuerdo, su cango a Álvaro Déniz que decantó la final y el título para el Agüimes. "Son luchas que te salen con la inercia y las ganas que tenía. No podía fallar a mis compañeros", puntualiza. Y no, no falló.
