A la tercera fue la vencida. Después de dos años consecutivos cayendo en la cuartos de final de la NCAA, Maite Cazorla se ha convertido en la primera deportista española -femenina y masculina- en disputar una Final Four universitaria de Estados Unidos con las Oregon Ducks, después de que consiguiera vencer a las Missisippi Bulldogs el domingo pasado, gracias en gran medida a un triple de la base grancanaria a 35 segundos del final del encuentro que significó la sentencia del mismo.

La jugadora insular ha escrito su nombre con letras de oro en la historia del baloncesto español. La memoria le recordará como la primera jugadora que traspasó la barrera de la Elite Eight y pudo disputar la ronda final por el título universitario estadounidense. Una oportunidad que también se le escapó otras dos veces a la también grancanaria Leticia Romero con la universidad de Florida (Seminoles).

Un pase que es el primero de la Universidad de Oregon y que se gestó gracias a la templanza de la grancanaria en el momento caliente del partido. La jugada, tal cual la describe Cazorla, se obró debido a que "tenía el balón Sabrina [Ionescu] porque iba a hacer un uno contra uno", lo que provocó que le llegara una ayuda a su defensora, y le doblase el balón a la canaria, que sin dudarlo armó el brazo. "Cuando tiré solo podía pensar que por favor fuese dentro". Y así fue, sonó choff.

Cazorla fue la que acaparó los focos de la noche y por un momento pudo estar a la altura de Ionescu, la jugadora a la que se le presupone el próximo número 1 del draft y de quien la isleña dice sentirse "orgullosa" de compartir vestuario con ella durante tres años porque "simplemente es la mejor con la que he jugado".

¿Futuro WNBA?

Sobre la posibilidad de que la isleña pueda entrar en el próximo 'draft' de la WNBA, es consciente de que puede ser una de las elegidas para entrar en la mejor liga del mundo. "Sé que hay posibilidades, pero ahora prefiero estar centrada en la Final Four

La canaria también añade que no prefiere no pensar más allá de la fase final, sin que el verano le ocupe tiempo en sus ideas. "Ahora mis objetivos son graduarme y ganar el título con la Universidad; después el tiempo dirá".

Porque ahora que va a disputar la ronda final ha logrado quitarse la espinita que tenía clavada. "Hace dos años no estábamos preparadas para llegar; Uconn (Connecticut) pasó por encima de nosotras [52-90] y no nos merecíamos pasar", refleja Cazorla, que además incide en que caer derrotadas en 2018 le "dolió bastante" porque "creí que merecíamos pasar a la Final Four". Ese año perdió contra Notre Dame por 74-84 porque para la canaria, su equipo no estuvo "concentrado los 40 minutos".

Precisamente la plenitud del partido contra Missisippi lo que completó Cazorla. Algo casi impensable en el baloncesto europeo. "Es sorprendente, pero bueno, lo tomo como que el entrenador confía bastante en mí y por eso estuve los 40 minutos en cancha", resalta la canaria.

En cuanto al objetivo que se marca una vez llegado a la Final Four, a la que irán sus padres desde las Islas para verla jugar el viernes contra la universidad de Baylor, es el de alzarse con el trofeo de la NCAA. "Ya que estamos aquí, pues el objetivo real es ganarlo", aunque también es prudente por "la dificultad" que entraña jugar contra los cuatro mejores equipos del país.

Respecto a si ha coincidido con Iris Mbulito, otra de las jugadoras canarias que están en una universidad estadounidense, (Arizona State) confirmó que se vieron en Portland durante la disputa de la fase del Sweet-sixteen (octavos de final) cuando el equipo de Mbulito cayó precisamente contra Missisipi. "Es una alegría cuando puedes ver a un español por aquí, pues ya cuando lo hago con una canaria es más especial aún", transmite con alegría.

La misma que mostró durante la celebración de haberle ganado a Missisipi en el Moda Center - pabellón en el que también juegan los Portland Trail Blazers de la NBA- y que a la vuelta del equipo a Eugene se le iba a unir una sorpresa. "Cogimos la guagua de regreso a casa y allí nos estaban esperando más gente que quería celebrar el pase a la Final Four" explica entre risas Cazorla.

Eso sí, una alegría momentanea. "Estuvimos un rato con ellos, pero después volvimos rápido a casa, que al día siguiente teníamos que ir a clase", reseña la grancanaria.

Unas clases que tienen inmersa a Cazorla en la carrera universitaria de Psicología y en el que está a punto de concluir en su último año académico. "Los estudios me van bastante bien, aquí te dan todas las facilidades para que puedas compaginar el deporte y los estudios. Es muy diferente a España", indica la base.

Porque para que el deportista se encuentre cómodo en los dos ámbitos, las universidades estadounidenses "planean todo para que la vida en las clases y en los entrenamientos se adapten a la perfección", subraya la canaria.

Aunque eso sí, lo que tiene seguro es que si el tren de la WNBA no pasa, su decisión será la de volver a la Isla para disfrutar de su familia. "Lo más temprano sería en junio, así que queda poco para saber qué pasará", sentencia la leyenda, Maite Cazorla.