El primer asalto de las semifinales de la EHF Challenge Cup deja una sentencia para el Rocasa Gran Canaria: soñar con su tercera final continental está permitido. El cuadro de Carlos Herrera se jugará el próximo sábado en Suecia el abordaje al título con cinco goles de renta, los que se lleva después del 22-17 que firmó en la ida ante el Kristianstad Handboll.

Una renta que tiene dos prismas. Por un lado, al término de los 60 minutos de juego en Las Remudas, en el aire estaba la sensación de que el Rocasa pudo guardar una ventaja mayor para el choque de vuelta; por el otro, que la historia podía haber acabo peor, ya que la última jugada del partido acabó con una parada final de una inmensa Silvia Navarro -en su día a día, para variar- después de que Tiddara Trojaola pudiera haber elevado la renta a los seis goles.

Pero en su conjunto, abril puede ser el mes del Rocasa. De momento, salió del Antonio Moreno con un colchón de cinco goles que le permite creer en la final de la Challenge Cup; es líder de la Liga Guerreras Iberdrola después del tropiezo del Bera Bera en Granollers y tiene a final de mes la Copa de la Reina.

En Las Remudas dio el primer paso para cumplir con un mes espléndido. Le costó carburar al equipo de Carlos Herrera, impreciso en la primera mitad, con numerosas pérdidas y sin la oportunidad de correr como le gusta. En la segunda parte, ajustó algo su defensa, ante un equipo que se empecinaba en mirar solo al centro, en busca de su superioridad física. Pudo corretear algo al contragolpe, creció con María González y llegó a disponer de siete goles de ventaja (21-14) cuando parecía que el Kristianstad se iba a dejar ir, un hecho que nunca se dio.

Acabó el partido como empezó: con Silvia Navarro parando. La portera valenciana, que ha ya pasado la barrera de los 40, cada día está mejor. La guardameta fue clave -hasta 13 paradas- para que el Rocasa se mantuviera siempre en el partido y se llevara un colchón que le permita creer en estar en la final.

El Kristianstad se entregó a sus primeras líneas, especialmente al arrojo de Sarah Carlström, la mejor del equipo sueco (5 goles al final, 6-5, min. 11). El Rocasa encontró su máxima ventaja de la primera parte después de dos goles de Mela Falcón, que recibió dos buenos balones de María González y Silvia Navarro (8-5, min. 13).

Hacía daño la contundencia de la checa Weisenbilderova, ante un Rocasa que se perdía entre las pérdidas y que no terminaba de carburar. A pesar de ello, al descanso podía presumir de ir por delante y de que el Kristianstad nunca hubiera tomado la delantera en el marcador (11-10).

Arranque eléctrico

Necesitaba un cambio el Rocasa Gran Canaria para ir hasta Suecia con cierta solvencia en su porvenir. Y lo encontró con un parcial de 6-1 de salida que hizo tambalear al equipo de Ulf Schefvert (19-13, min. 44). Un trecho que se amplió hasta los siete goles, la máxima en el partido (21-14, min. 48), con un gol de la tinerfeña María González. El panorama era maravilloso para el Rocasa, pero el Kristianstad se recuperó para recortar un par de goles ante las mujeres de Carlos Herrera, que notaron el paso de los minutos y el desgaste. Al final, 22-17 y un buen colchón para volver a creer.