Rivalidades varias para la carrera 1.000 de la Fórmula 1 que este fin de semana se celebra en China, donde el británico Lewis Hamilton y el finlandés Valtteri Bottas saldrán a la pista para intentar inclinar la balanza del favorito de Mercedes, aunque al acecho sigue Ferrari, que en Baréin demostró que también puede ser rápido.

Con una victoria en Australia y un segundo puesto en Baréin, Bottas ha arrancado fuerte la temporada y continúa líder del mundial con 44 puntos, uno más que su compañero de equipo (gracias al 'extra' de la vuelta rápida de Melbourne), quien se proclamó campeón en Sakhir.

La carrera en el circuito de Shanghái será por tanto decisiva para inclinar la balanza interna en las filas de Mercedes hacia el lado del finlandés o hacia el del cinco veces campeón del mundo, quien a priori parte como favorito en China, una prueba que ha ganado cinco veces (es el máximo ganador de la historia).

China será también una cita clave para la escudería más laureada de la historia, Ferrari, que no vive sus mejores épocas y no gana un Mundial desde que lo hiciera por última vez en 2007 el finlandés Kimi Raikkonen.

Será una carrera decisiva para saber si los históricos monoplazas rojos recuperan el brío perdido, superan sus fallos mecánicos y ganan la confianza necesaria para la temporada, o dejan casi en solitario a la escudería alemana en lo alto del podio.

Y también para decidir quién es el favorito entre sus filas, tras el fuerte arranque de temporada del joven piloto monegasco Charles Leclerc, quien pese a un buen comienzo en el desierto de Baréin, donde situó por primera vez a Mónaco en una 'pole' de la F1, tuvo que conformarse al final con un tercer puesto en carrera (que logró gracias al 'safety' car, presente en la última vuelta) después de que su coche perdiera potencia.

La presión será mayor para el veterano Vettelcuatro veces campeón del mundo, quien no se sube a lo más alto del podio desde agosto del año pasado, cuando ganó en el circuito belga de Spa-Francorchamps.

En Baréin, tuvo que conformarse con un pobre quinto lugar (tras hacer un trompo al ser rebasado por Hamilton) y tendrá por tanto que defender su capitanía en el equipo de Maranello ante la nueva estrella de la Fórmula Uno.

Pirelli anunció que para los neumáticos se utilizarán compuestos duro, medio y blando en Shanghái, un circuito en el que la elección de estos siempre tiene gran protagonismo por los prolongados tramos rectilíneos que refrigeran en exceso las gomas delanteras.

El australiano Daniel Ricciardo lo sabe bien pues con su Red Bull logró el año pasado hacerse con la victoria gracias a la estrategia de su equipo de realizar dos paradas.

Tras un desastroso arranque de temporada con su nueva escudería, Renault, el australiano buscará poder acabar una prueba por primera vez con el monoplaza de la escudería francesa tras dos abandonos, los mismos que el español Carlos Sainz.

El ex de Renault, que 'heredó' el McLaren con el que tanto sufrió los últimos cuatro años su compatriota Fernando Alonso, tendrá el objetivo de terminar y puntuar en este circuito de 16 curvas y que cuenta con la recta más larga de la temporada (1,17 kilómetros).

Sumar puntos, uno de los retos del mexicano Sergio Pérez (13 en Australia, 10 en Baréin), quien afronta su noveno año en la categoría reina y el sexto en su equipo, ahora denominado Racing Point, en vez de Force India, tras cambiar de propietario.

Los entrenamientos libres arrancan este viernes en un circuito que mide 5.451 metros, donde se corre desde 2004, y al que el domingo está previsto dar 56 vueltas, para completar un recorrido de 305 kilómetros.

Los ensayos se completarán el sábado, horas antes de la calificación, que ordenará la formación de salida de la carrera dominical, la tercera de las 21 que integran un Mundial que se cerrará el 1 de diciembre en Abu Dabi.