¿Cómo se le ocurrió la idea de tutelar a estos chicos, Mahamadou Dit Tiefing y Bassala Bagayoko?
Todo comenzó hace un año y medio. A un compañero y a mí siempre nos llamó la atención la cultura africana y durante nuestras vacaciones hemos viajado alguna vez a Senegal y Mali. Allí los conocimos.
¿Por qué ellos dos?
Nuestra pasión por África la hemos enlazado con nuestra pasión por el baloncesto y hemos organizado eventos y actos solidarios para conseguir dinero. Hicimos un campus de baloncesto en Mali. Vimos a muchos chicos de diferentes edades y nos fijamos en su nivel de competitividad. Ellos eran altísimos, pero Mahamadou, por ejemplo, no sabía ni coger una pelota. Creímos que podríamos traerlos para formarlos y ser buenos jugadores y buenos estudiantes.
¿Qué hace aquí por ellos?
Ellos viven conmigo, están escolarizados, en un colegio público de Santa Lucía, van a clase, aunque aún están estudiando poco a poco el idioma. Yo me encargo de su comida, su ropa? es lo que hemos fijado de mutuo acuerdo con sus padres.
¿Con qué ayuda cuenta para esto?
Hay familias que desinteresadamente nos ayudan, pero no cuento con aportaciones de ningún organismo público.
¿Cómo viven estos chicos en su país natal?
Su situación es muy difícil, el padre de Mahamadou falleció hace ocho años y tiene un hermano mayor. Su madre, en una situación muy precaria, apenas los podía atender a los dos. Por ejemplo, sólo para ir al colegio, el chico tenía que recorrer casi 40 kilómetros desde su casa, en bici, a pie, y además buscaba la manera de entrenar un poco, pero claro, iba a entrenar casi sin comer?
¿Describes una situación de pobreza extrema.
Verás, ellos están bien educados, llegan más o menos a unos mínimos, pero los recursos en su país son muy escasos. Mahamadou comían a lo mejor dos veces al día como mucho, además comía lo mismo las dos veces, de lo que hubiera.
¿Qué es lo peor por lo que pasan?
Los conflictos bélicos, sin duda. Se dan muchísimos desplazamientos de muchos niños que han perdido a sus padres y no tienen nada. El caso de Bassala es algo diferente, su padre trabaja en Francia como carpintero y puede ayudar a su familia, pero él vive con su madre y con dos hermanos en unas condiciones muy justas.
¿Es fácil la adaptación al equipo una vez que llegan aquí?
Una vez que llegan aquí nada es fácil. Sólo por poner un ejemplo, Mahamadou jamás había tenido un cepillo de dientes en su mano, y ninguno de los dos sabía manejar el agua de la ducha, no lo habían visto nunca. ¿Coger un vaso para beber? Tampoco sabían. Es muy duro.
Y más siendo tan jóvenes.
Claro, nunca es fácil, son niños de 13 años que dejan su país, su familia, sus costumbres, su manera de vivir? lo que para nosotros es tan básico como un vaso, para ellos es toda una novedad. La verdad es que los comienzos fueron un suplicio, pero ahora estoy muy orgulloso de ellos. Mahamadou aún no domina el español y este trimestre lo ha aprobado casi todo.
¿Qué supone para ellos estar aquí?
Posiblemente sea la oportunidad de su vida. Poder formarse, ser personas de bien, ese hilo de esperanza que tienen al salir de su país, aunque no consigan triunfar en el baloncesto? pero poder ser buenos estudiantes, conseguir trabajo y sacar adelante a su familia, eso para ellos es vital y básico.
¿Cuál es su objetivo con ellos? ¿Cuánto tiempo se quedarán?
Mi experiencia con ellos durará hasta que acabe la etapa escolar, en un principio estarán con nosotros hasta que sean mayores de edad, es el tiempo en el que podemos ser sus tutores legales. Lo bueno es que con sus condiciones físicas ellos destacan, evolucionan rápido y diferentes equipos se van a interesar por ellos. Eso les posibilitará otra formación mejor, estar remunerados. Así, gracias al deporte, podrán dar a su familia una oportunidad.
