Rafael Nadal evitó el naufragio ante el argentino Guido Pella (7-6(1) y 6-3)), un primerizo en los cuartos de final de un Masters 1000 capaz de llevar al límite al español que sufrió más de lo esperado para alcanzar las semifinales en Montecarlo.

El Principado disfruta de una edición plagada de sobresaltos. En octavos se estancaron el austríaco Dominik Thiem, el griego Stefanos Tsitsipas y el alemán Alexander Zverev, potenciales aspirantes al triunfo. En cuartos, antes de que el campeón vigente saltara a la pista, Novak Djokovic fue eliminado por el ruso Daniil Medvedev.

El torneo se quedó sin sus principales reclamos. A excepción de Nadal, que padeció una tarde agitada ante un adversario sólido, entusiasta, inmerso en la mejor temporada de su vida y que no quería desperdiciar una ocasión única.

Ahora Nadal, campeón en once ocasiones, espera rival. Saldrá del vencedor entre el croata Borna Coric y el italiano Fabio Fognini. Sin embargo, antes tuvo que superar un duro trago, el de Guido Pella, animado por su mejor temporada, este 2019, cuando ganó en Sao Paulo y jugó la final de Córdoba.

Rafa Nadal, que había cedido únicamente cuatro juegos en su anterior compromiso ante Guido Pella (6-2, 6-1 y 6-1 en el pasado Roland Garros), se encontró ante un escenario distinto.

Con enormes dificultades para retener su saque, el balear se topó con un adverso 1-4, sin juegos al servicio, en un inicio de partido atípico en él. Su rival dispuso incluso de dos bolas para engrandecer su ventaja y ponerse 1-5, pero el once veces campeón del torneo de Montecarlo reaccionó.

Puso el 2-4 con esfuerzo, en un juego que se fue por encima de los 8 minutos. A continuación, ganó su servicio y apretó, pese al viento, para reequilibrar la manga (4-4).

Casi por inercia, el español tomó la iniciativa en el momento culminante del parcial (5-4), pero Guido Pella no se entregó. El jugador de Bahía Blanca, de 28 años y número 35 del mundo, igualó el esfuerzo de Nadal desde el fondo de la pista y atacó con su zurda.

Recuperó, así, el mando (5-6) pero el argentino, primerizo en los cuartos de final de un Masters 1000, fue incapaz de cerrar la manga con su saque. Asumió entonces que el desempate sería gobernado por el exnúmero uno del mundo, impecable para el 7-6 (1), entre los aplausos del público.

Dio la sensación de que el argentino, que el lunes estará por primera vez entre los treinta mejores del mundo, iba a aflojar dañado por la pérdida de la manga. No fue así. Su decaimiento fue paulatino.

Rafa Nadal se situó con 2-0 pero ni aún así Pella, de 28 años, entregó sus armas. Pudo empatar a dos y regresar al partido. Pero el español salvó su saque y estableció una distancia que se disparó ya hasta el 5-1. Resistió el argentino y el balear cerró después, para dejar el set en 6-3 y respirar, aliviado, después de dos horas y 21 minutos de juego.

Nadal espera a Coric o a Fognini mientras el otro lado del cuadro queda a expensas del verdugo de Djokovic, Medvedev, y Dusan Lajovic, que eliminó al italiano Lorenzo Sonego (6-4 y 7-5) en el otro encuentro de cuartos.