La Provincia - Diario de Las Palmas

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Entrevista | Feliciano José Santana Ramos

"Este oficio artesanal se está perdiendo, por desgracia"

"Cuando tenía 11 años ya me acerqué a conocer este trabajo en San Cristóbal, el barrio donde me crié", afirma

'Nano', en las instalaciones de la Base Náutica Fernando Roque, en el Muelle Deportivo, junto al bote escuela que está construyendo. juan castro

¿Cómo fueron los inicios de Nano en este mundo de la carpintería de ribera?

Mi relación con la carpintería y con los botes viene desde niño. Me crié en el barrio de San Cristóbal, un barrio de marineros y donde muchos de unos vecinos tenían barcos para la faena y otros contaban con lanchas, falúas, etcétera. Desde pequeño estoy con el martillo en la mano; cuando oía o veía a alguien trabajando, ahí estaba yo.

Por lo que nos dice, el gusanillo le picó desde muy temprano.

Sí. Rompía las cajas de pescados para hacer lanchas, así como una gran cantidad de barcos de lata; los hacía con bidones y con ellos disfrutábamos cuando éramos pequeños por la costa del barrio de San Cristóbal.

¿Y cuándo decide involucrarse a fondo con este menester?

Con once años cumplidos me acerco a la carpintería de Juan Calderes, carpintero de ribera ya fallecido que le construyó un barco a mi padre y otro a mi hermano; fue ahí cuando ya me metí de lleno en este oficio.

¿Cuál fue su primer bote?

El primero fue el Chacalote, aunque anteriormente ya había reparado algún otro. De hecho, ese Chacalote lo hice porque había entablado el Castillo y tenía dentro el bichillo de la Vela Latina por mi etapa de tripulante durante muchos años con el veterano patrón Antonio Cabrera, El Seiko. Pero por cuestiones de trabajo tuve que dejarlo. Todo surgió cuando me llamaron para entablar el Castillo, y se me metió en la cabeza hacer un casco nuevo; de ahí nacía el Chacalote.

Pero también tuvo una etapa como constructor de otros tipos de barcos.

Efectivamente, me dedicaba a construir y reparar barcos de pesca. En esta etapa reparé bastantes.

¿Aprendió de las técnicas que usaban los carpinteros de ribera más conocidos de la Isla?

Pues la verdad que no. Es curioso, pero nunca he visto construir un bote a grandes carpinteros como Eusebio Díaz o Paco Campos, entre otros. En reparaciones y en otras cosas, sí.

¿Se considera autodidacta?

A ver, esto se trata de conocer los trazos, de saber trazar y demás. Trabajo con lo que dicen los planos. El Chacalote, por ejemplo, fue construido con las plantillas del Alcaravaneras, que fue el primer Chacalote que salió, pero también modificando algunas cosas que no me gustaban del otro.

¿La parte más complicada a la hora de construir un casco?

Para mí lo más complicado y lo que menos me gusta es el acabado. Le tienes que dedicar mucho tiempo y es donde realmente se ve el trabajo, el retundido o acabar la superficie del casco, la lijada para que finalmente se quede como un yate y que no tenga esos saltos de madera.

¿Qué madera está utilizando en la construcción del bote escuela que realiza actualmente en el Muelle Deportivo?

Está es sipo. Una madera noble y que es muy buena para trabajar, aparte de ser bastante ligera, que es lo que se busca.

Carpinteros de ribera en la Isla quedan pocos...

Aquí en Gran Canaria en activo solo yo. Pero hay que decir que existen muchos amañados y atrevidos. A mí me han llamado para realizar trabajos de rectificaciones de cascos y he tenido que realizar un trabajo doble.

¿Qué llamada haría para que definitivamente no desapareciera esta profesión?

Soy de los que piensan que debería haber escuelas para carpinteros de ribera. Se trata de un oficio artesanal que se está perdiendo, por desgracia. Me gustaría que los jóvenes se acercaran a conocer este arte. También es cierto que algunos se han acercado hasta aquí para conocer de cerca todos los entresijos de la profesión. Conocí a uno de ellos cuando realizaba la construcción de un barco de nueve metros en San Cristóbal. Le vi tan interesado, que le regalé tres libros referentes a la construcción de embarcaciones.

¿Cuánto tiempo le lleva la construcción de un casco?

En la construcción del Chacalote estuve un mes y poco. Es verdad que le eché muchas horas de trabajo. En cambio, en la realización del bote escuela con el que estoy ahora, echándole unas ocho horas diarias, se puede tardar como muchos unos dos meses.

¿Y qué tiempo de vida tienen estas embarcaciones?

Si las cuidan, tiene mucha vida. El tratamiento y mantenimiento del material es importante, ya que en su vida influyen el sol y el agua. Como dato curioso, le puedo decir que mi padre tiene un barco de pesca con más de cien años y solamente se ha reparado en dos ocasiones, a pesar del mucho desgaste que sufre durante la faena.

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