La gesta histórica que alcanzó el CB Agüimes el pasado 13 de mayo al conseguir ascender a la Liga EBA va a quedar en agua de borrajas si no ocurre un milagro de aquí al lunes. En menos de 48 horas, el club lagartero tiene que hacerse con un aval económico de 8.000 euros para presentarlo ante la Federación Española y poder ser partícipe en la categoría que se ganaron el derecho a competir sobre las pistas .
"La situación es desesperante". El entrenador del conjunto del Sureste grancanario, Fermín Bosa, describe los momentos de angustia que se viven dentro de la institución. "Si en Agüimes hay 400 puertas a las que tocar para recibir el dinero necesario, pues hemos tocado en 500", explica el técnico en cuanto a las acciones que han intentado llevar a cabo antes de que el tiempo se echara encima.
Porque actualmente, el campeón de la Primera División Autonómica del baloncesto grancanario de la pasada temporada, cuenta en sus arcas con una cantidad en torno a los 13.000 euros, que permiten al menos sufragar los gastos que supondrían los traslados para disputar los partidos contra equipos en la Península, "hasta que llegue la ayuda del Cabildo en marzo, que son unos 40.000 euros", subraya Bosa.
Aun así, el cálculo que se estima desde el club lagartero para afrontar sin problemas la plentitud de la temporada siguiente compitiendo en la Liga EBA se fija en 60.000 euros. "Una cantidad que en otros equipos u otros deportes, no sería tarea difícil alcanzar, pero que al Agüimes, al ser un club pequeño y de base, nos resulta un mundo", indica el técnico grancanario.
Asimismo no quiere ser hipócrita y agradece las ayudas económicas que recibe de las instituciones públicas, "que siempre están ahí", aunque le gustaría que "pudieran abrir un poco la mano, al menos si pudieran avalarnos, por poner un ejemplo en una agencia de viaje que nos sufrague los gastos de traslado", añade el entrenador del club.
La cuenta atrás no cesa, y con el lunes en el horizonte como guillotina, "la directiva tiene pensado reunirse el sábado [por hoy] para tomar las decisiones más acertadas de cara al futuro", explica Bosa, aunque tiene claro que no van "a hipotecar el futuro de la cantera", porque precisamente esa es la base del club del Sureste isleño.
En caso de que no se produzca el milagro y llegue el aval, "la próxima temporada no se sabe cuál es la mejor opción a seguir", porque tal y como traslada el responsable de la línea de banquillo: "¿Cómo vamos a convencer a los jugadores de que compitamos si el objetivo lo conseguimos este año y no vamos a jugar en la EBA?".
Aun así, tanto directiva como entrenador no quieren hincar la rodilla tan fácil y se enconmiendan a una salvación de última hora. "No queda otra que esperar estos dos días", sentencia.
