Hace un año la selección canaria infantil masculina se proclamaba, por primera vez en su historia, campeona de España. Un título en el que mucho tuvo que ver el maliense Bassala Bagayoko, jugador en ese momento del Santa Lucía y que en la semifinal ya avisó con 17 puntos, 15 rebotes y dos tapones para 30 de valoración, mientras que en la final sacó su mejor repertorio (21 tantos, 24 rechaces y dos tapones para 47 de valoración) para apuntillar al combinado de Valencia. Actuación portentosa de un joven inscrito como jugador de primer año dentro de su categoría. Un enorme salto de calidad del que también se beneficiaría luego el CB Canarias, que llevó al africano como invitado a una Minicopa en la que el club lagunero acabaría como subcampeón.

Un liderazgo que, sin embargo, no estuvo exento de ciertas suspicacias, las de aquellos -especialmente aficiones, selecciones y equipos rivales- que consideraban que Bagayoko no tenía realmente la edad que contempla su documentación. Un estigma -más o menos real- que acompaña a un gran porcentaje de extranjeros que vienen recalando en el basket isleño de base en edad de formación, en especial el masculino. Y para evitar que, por el elevado número de casos, el recelo y la sospecha puedan salpicar a la Federación regional, y que la formación del jugador local pudiera frenarse, en la Canaria han decidido un cambio de rumbo: no llevar a los campeonatos de España jugadores extranjeros no comunitarios en favor de "los chicos de aquí", según admite el presidente del ente federativo, Carlos Olano.

"Sabemos que en lo deportivo, en un torneo en el que vas a ganar, y no principalmente a formar jugadores, nos puede condicionar en nuestras aspiraciones, pero debemos ser consecuentes con lo que decidimos en su día en la Asamblea", explica la misma fuente. Una línea -en la mayoría de los casos no escrita- que parecen haber adoptado también otras grandes potencias de base, caso de Andalucía, Valencia y Madrid. De hecho, el mentado Bagayoko, ahora en el Alcalá, en su segunda año infantil, no jugará con el combinado capitalino.

La decisión de la Canaria ha pasado casi desapercibida para los técnicos que llevarán los mandos de las selecciones... por muy elevadas que pudieran resultar las expectativas. "Este grupo viene de ser subcampeón en minibasket en 2018, y solo han variado cuatro jugadores de esa plata; aunque todo esto siempre depende del desarrollo que los chicos hayan tenido en sus clubes estos dos años, a priori debemos ser competitivos dentro de una generación muy equilibrada a nivel nacional", comenta Ermis Papakonstantinou, que dirigirá al infantil masculino. En términos parecidos se expresa Foncho Afonso, seleccionador cadete femenino. "Poseemos un grupo bastante competitivo y compensado, y aunque la incertidumbre es muy grande porque no sabemos cómo pueden responder el grupo ante alguna situación adversa, vamos con una buena materia prima. "De hecho, hemos tenido que dejar fuera a cinco o seis chicas con cualidades para estar", añade el preparador tinerfeño. Quizá este año los resultandos mengüen... pero a la larga, los beneficios pueden ser mayores. La prueba, a partir del 3 de enero en Huelva, cuando arranquen las competiciones.