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Crisis del coronavirus Deportes

Con el mono de trabajo, y de fútbol

Sólo un reducido grupo de jugadores del grupo canario de Tercera mantienen su actividad laboral, mientras se "suben por las paredes" al no poder entrenar ni jugar

Pedro Viera, jugador del Panadería Pulido San Mateo, reparte cajas de plátanos con su carretilla en un supermercado en Gran Canaria. LP

Se consideran hasta privilegiados por poder trabajar porque, en su calidad de jugadores de equipos de Tercera, muchos compañeros están parados y sólo pueden ejercitarse en sus casas siguiendo las recomendaciones de sus clubes, lo que no es de buen agrado cuando su hábitat natural es un campo de fútbol. Futbolistas como Pedro Viera (San Mateo), Rosmen Quevedo (UD Lanzarote), Ayoze Pérez (UD Lanzarote) y Pablo Santana (San Fernando) cuentan sus experiencias personales, ofrecen su opinión sobre la situación actual, lo que hacen al margen del deporte y cómo lo llevan sin poder entrenar ni jugar.

Pedro Viera, defensa del Panaderia Pulido San Mateo, define el momento como "raro, triste y lleno de incertidumbre, marcado por la pérdida desgraciadamente de mucha gente". "La medida más importante para reducir los contagios está en nuestra manos y debemos quedarnos en casa, ser solidarios para frenar entre todos el virus, sobre todo porque la gran mayoría de la gente que hoy está muriendo fue la generación que trabajó y luchó para sacar este país adelante en momentos muy duros", analiza el zaguero.

Al menos, él puede moverse, con precauciones, gracias a su actividad laboral: "Trabajo en Telfrut como repartidor. Reparto plátanos a los supermercados, por lo que no me puedo quedar en casa. La empresa me facilita todo el material para mi protección: mascarillas, guantes, gel hidroalcoholico, etc... Ahora mismo es cuando más trabajo tenemos, hay que estar al 100%. Aporto mi granito de arena para que los que están en casa puedan llevar mejor el confinamiento".

Lo de no entrenar, y menos jugar, es una pesada losa. "Es lo peor que llevo, y tengo mucho mono de fútbol, sin entrenar, jugar ni competir. El fútbol es una de las cosas más importantes de mi vida, me lo da todo, estoy más feliz, más activo, me mantiene en forma, pasas un buen rato con los compañeros; quitarte todo eso de la noche a la mañana cuesta. Trato de adaptarme, hago entrenos en casa que nos mandó el preparador físico, de fuerza, velocidad, resistencia... Y así voy matando la ansiedad y restando días, aunque creo que esto va para largo y debemos tener paciencia, que es lo que menos tengo".

Pedro Viera no tiene claro si se podrá volver a jugar: "Ojalá que sí, pero para ello habría que alargar las competiciones hasta verano... Pero sinceramente, y siendo realistas, va a ser bastante complicado. Ojalá todo vuelva a la normalidad lo antes posible y podamos finalizar la Liga y seguir compitiendo como el Panadería Pulido San Mateo. Desde toda la familia del club, mando el mensaje de ¡Quédate en casa! Volveremos más fuertes que nunca".

Rosmen Quevedo, delantero de la UD Lanzarote, afirma que "se está viviendo una situación crítica que a todos nos coge por sorpresa". "No hay más que ver la gran cantidad de fallecidos que está dejando esta pandemia para saber su magnitud. Probablemente si hubiésemos tomado las medidas con algo más de antelación, el grado de impacto creo que hubiese sido menor, pero ahora mismo no nos vale de nada mirar atrás. Tenemos que ser conscientes de lo que estamos viviendo para entre todos poner fin a esta situación", argumenta el goleador.

Rosmen trabaja en el Centro de Menores César Manrique: "Soy educador en un centro de adolescentes en el cual se orienta y educa al joven ante el momento de la emancipación. Trato de aconsejar y trasmitir mis conocimientos a esos jóvenes que en breve tendrán que hacer frente a la vida con sus propios medios. Es un trabajo exigente, pero de lo más gratificante cuando ves que el trabajo realizado por el equipo educativo ha servido de algo".

Y también habla de su confinamiento deportivo. "Se trata de una situación nueva para todos, así que se intenta llevar de la mejor forma posible. Los entrenamientos se trasladan a casa y, dentro de mis posibilidades, hago lo posible por mantener la forma. Pero es cierto que se añora mucho los entrenos y, sobre todo, los domingos de fútbol. Para mí es un modo de vida después de tantos años jugando", relata el veterano jugador.

El atacante rojillo también tiene sus dudas sobre el retorno de la competición: "Ahora mismo, sinceramente, lo veo muy complicado, no sabemos con seguridad hasta cuándo durará este estado. Puedo llegar a entender que la competición profesional haga lo imposible por terminar la temporada porque existen muchos intereses económicos, pero en una competición amateur como la nuestra veo más factible una anulación de la temporada que una prolongación en el tiempo".

Por su parte, Pablo Santana, mediocentro del San Fernando, aprovecha el abundante tiempo libre para completar desde su vivienda los estudios universitarios que retomó esta temporada tras jugar en Las Palmas Atlético y Linense las últimas campañas.

"Esta situación ha supuesto un cambio de rutina de 180 grados, ya que cambias todo lo que hacías en el día a día por estar confinado en tu casa. No es algo que se lleve muy bien, pero al fin y al cabo no sirve de nada lamentarse; lo único que tenemos que hacer es regirnos por las normas que nos han puesto. Tenemos que aportar todos nuestro granito de arena y obedecer ante estas restricciones para que esto sea pase lo más rápido posible", considera.

Mientras tanto, vía Internet, se aferra a los estudios: "En este momento me encuentro estudiando el grado universitario de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte, carrera que había aparcado durante los tres años anteriores, ya que no era compaginable con el fútbol porque los entrenamientos eran por la mañana y mi carrera solo tenía la opción del turno de mañana. Este año me incorporé a la UD San Fernando y los entrenamientos son por la tarde, por lo que pude retomarla y compaginarla con el fútbol".

A este joven futbolista, formado en la cadena del Acodetti, le está resultando "complicado" el tema del confinamiento. "Lo llevo como cualquier amante del deporte y del ejercicio físico, subiéndome por las paredes. El fútbol ha estado ligado a mi vida siempre y el no poder ir a los entrenamientos es una sensación de impotencia; el que te separen de estar en contacto con compañeros y con el campo no es lo normal en mi día a día. Aún así me intento alimentar bien y mantenerme activo dentro de lo posible con los ejercicios que nos manda nuestro preparador físico, Alejandro López, y dentro de lo que me permite el vivir en un piso. Además, gracias a las tareas marcadas por la asignaturas de la Universidad los días pasan más rápido y mantengo la mente ocupada, que en estos tiempos es fundamental", cuenta Pablo Santana.

Por último, el jugador del San Fernando espera y desea que la Liga se reanude: "En mi humilde opinión, la temporada debería completarse. Hay muchos equipos que han hecho un esfuerzo económico con el propósito de lograr objetivos; anular la competición sería injusto. Confío en que la Federación tome la mejor decisión para todos, aunque mi único deseo a día de hoy es acabar esta crisis sanitaria de la mejor manera posible. Lo deportivo queda en un segundo plano. Ahora todo tenemos que estar más juntos y unidos posibles para vencer a nuestro único rival: el virus".

Ayoze Pérez, veterano centrocampista de la UD Lanzarote, opina confinado desde La Tiñosa o Puerto del Carmen. "Ante una situación extraordinaria como esta, todas las medidas preventivas que se tomen son bienvenidas, y sinceramente opino que la única manera de acabar con este virus es seguir las pautas".

Ayoze está casi atado de pies y manos porque no puede trabajar.

"Me dedico a la hostelería, de camarero en un complejo en la localidad que vivo. Intento compaginarlo cada año con este maravilloso deporte del fútbol, y ahora estoy a la espera de si la empresa hace un ERTE".

Tampoco lleva bien el alejamiento de los campos: "El no poder entrenar y jugar es una situación difícil para mí, porque tengo ese hábito desde que los seis añitos. Cuando a uno le quitan de sopetón algo a lo que le ha dedicado tantas horas, y lo hace con pasión e ilusión, es complicado".

Con respecto a la competición, tiene sus lógica dudas. "Es la pregunta del millón. Ni los que tienen que tomar esas decisiones saben exactamente qué va ocurrir; supongo que dependerá de cómo vaya evolucionando el país en esta lucha en la que estamos inmersos; luego ya se reactivará la sociedad a todos los niveles", apunta.

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