De la habitación al pasillo, del pasillo a otra habitación, a la cocina y media vuelta. Juan es constante hasta confinado. A sus 76 años no puede permitirse el lujo de perder la forma física y a diario realiza la misma rutina: calentamiento en la bicicleta estática y estiramientos. Dos días a la semana ejecuta un trabajo más intenso subiendo y bajando los 16 peldaños de escalera de su rellano en casi una hora. Este runner manda el mensaje de quedarse en casa para no extender el virus, un mensaje contundente para los deportistas que se saltan el confinamiento, ya que él demuestra que entre cuatro paredes también se puede.