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La huella del virus

Las gradas sin público dejan otro agujero en la industria del fútbol

"Será complicado ver masas en los estadios sin vacunas", afirma Irene Lozano, presidenta del CSD

Un grupo de aficionados se marcha antes del pitido final del partido que enfrentó a la UD Las Palmas y el Cádiz en esta temporada. QUIQUE CURBELO

"Será bastante complicado que podamos volver a ver congregaciones de masas de personas en los estadios probablemente hasta que no haya una vacuna". Esa fue una de las sentencias que dejó Irene Lozano, presidenta del Consejo Superior de Deportes (CSD) en Televisión Española. El deporte profesional sin público es algo que se presupone evidente para el final de la temporada, azotada por la crisis del coronavirus, pero esa aseveración de la presidenta del CSD alarga el escenario de gradas vacías más allá del hipotético fin de esta temporada.

Salvar la temporada y su retransmisión televisiva, la gran fuente de ingresos del balompié y, en palabras de la propia presidenta del CSD, "la locomotora del deporte, en términos económicos," -inyectará 50 millones anuales más al fútbol no profesional y al resto de federaciones durante los próximos cuatro años- es la premisa. El desconfinamiento en escalada pondrá en marcha a las plantillas de los clubs, pero el fútbol que viene apunta a la puerta cerrada.

De esta manera, LaLiga se asegura cumplir con su paquete de emisiones televisivas y los clubs garantizan su mayor fuente de ingresos: la pantalla. Sin embargo, el cierre de los estadios tocará una parte importante del dinero que entra a las arcas de las entidades deportivas sin tornos que abrir. En concreto, en la UD Las Palmas, los abonos por temporada y la venta de entradas está cifrado entre el 15 y el 20% del total del presupuesto dibujado al inicio del curso. En este apartado entran, los 12.000 carnés de abonados de esta campaña, las localidades sueltas por partido y los ingresos extraordinarios como los del Dia del club.

A la UD Las Palmas le quedan por disputar seis encuentros en el Gran Canaria (Girona, Lugo, Elche, Ponferradina, Mirandés y Extremadura), lo que supone un 28% del total de partidos como local. Algunos clubs han anunciado que devolverán la parte proporcional a los abonados, mientras que otros estudian cómo compensarán a sus fieles sin tener que devolver el dinero. Y ahí entra la variable de hacerlo de cara a la temporada 2020-2021, algo que ya estudian muchos clubs aunque ese apartado de ingresos quede mermado.

Sin embargo, todo esto está supeditado a qué pasará con los eventos deportivos de masas y sus espectadores. En el peor de los panoramas, una Segunda División 2020-2021 sin hinchas sería un serio torpedo para los clubs. Por ejemplo, la UD cifró en 2,7 millones de euros de pérdidas el regalo de los abonos del curso pasado.

En la UD Las Palmas de esta temporada, con un presupuesto que ronda los 26 millones de euros, ese 15-20%que corresponde a abonos y 'ticketing' se coloca en una cifra que siempre ronda los tres millones de euros. Un montante que no resulta despreciable, menos aún si se mira de cara al año que viene, donde la UD ingresará menos en el apartado del reparto televisivo.

Un posible ebrote solo cuenta con una gran solución: una vacuna. Eso condenaría al fútbol, como mínimo, a un año y medio con las gradas vacías con el fin de intentar que las butacas no se conviertan en un centro de transmisión del virus. Fútbol sin gente para salvar una industria que supone el 1,3% del PIB nacional.

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