Ayer falleció, a los 77 años, en el Hospital Doctor Negrín de Las Palmas de Gran Canaria el histórico ajedrecista grancanario Juan Antonio Valcárcel Valcárcel (Badalona, 7 -9- 1942) que vivió en primera línea la edad de oro del deporte ciencia en las décadas setenta y ochenta del pasado siglo con excelente curriculum en su dilatada trayectoria.

Valcárcel se alejó de manera definitiva del ajedrez competitivo en 1990 por lo que es logico que su recuerdo vaya paralelo con los que compartieron con él generación y protagonismo.

Quien les escribe, se precia de haberle tratado muchos años, y desde el papel que el destino me ha designado en mis 50 años largos como cronista de ajedrez he de confesar que Juan Antonio Valcárcel fue un ajedrecista ejemplar, muy culto, y sin ningún género de duda, un excelente jugador, habiendo pertenecido a varios equipos punteros, como el Club de La Caja y el Enroque.

Su estilo era eminentemente posicional pero tremendamente luchador. En su hoja de méritos hay que significar que jugó el primer torneo internacional Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria en 1972 y que fue campeón de Canarias y uno de los pocos que logró hacer tablas con Gary Kasparov y Bent Larsen, al que tambien ganó, en simultáneas con reloj en 1989 y 1970.

Nacido en Badalona, pero criado en Madrid ,- "uno es de donde hace el Bachiller,-solía comentar, llegó a Las Palmas de GC en 1967 al ganar un oposición de Arquitecto en Hacienda, llegada que coincidió con la apertura del primer Club de Ajedrez de la Caja Insular en dicho año primer eslabón de aquellas prodigiosas décadas que elevaron a cotas mundiales las estructuras promocionables del juego ciencia en Gran Canaria.

De elevada estatura (de 1.95 ),su indesmayable espiritu de empaparse de todo lo que oliera a cultura hizo que hablar con él constituyera un gozada, tocaba todos los temas, y en el caso concreto del ajedrez, he de confesar que era una enciclopedia, no solo en el aspecto biográfico de los grandes maestros más prestigiosos y de la milenaria historia del juego, sino en el complicado mundo de la teoría, de las variantes que envejecieron o de las de novísimo cuño. A su periplo profesional como Arquitecto de Hacienda hay que añadir que se licenció en Derecho en la década de los noventa.

Desgraciadamente su salud de vió alterada hace tiempo desde distintos ángulos, entre ellos su vista.

Las últimas veces que coincidí con Valcarcel fue en el Parque Santa Catalina y hace ya algunos años, ya visiblemente afectado en su visión como he manifestado. El Parque Santa Catalina fue su último refugio para matar el gusanillo jugando en la modalidad de cinco minutos.

Descanse en paz esta gran persona y nuestro sentido pésame a su esposa María Castro Domínguez, poeta en lengua inglesa, nacida en Londres, de padres canarios, y a sus hijos, Pablo, Jacobo y Juan Antonio.

Hasta siempre, amigo.