Todos las miradas del barcelonismo están puestas en Leo Messi. Nadie como él alimenta la esperanza de que una temporada marcada por la decepción y el fracaso, perdidas la Liga y la Copa, pueda revertirse y tener un final feliz. "Partimos de cero y son cuatro partidos que te pueden dar el título que todos deseamos", aseguró el argentino poco antes de tomarse unos días de vacaciones, convencido de que el Barça aún puede escribir este curso su propia historia. La hora de la verdad llegará este sábado con la visita del Nápoles al Camp Nou (21.00 horas) en un partido que pondrá fin a una larga espera: 165 días desde la ida en el estadio de San Paolo (1-1) y que debe abrir las puertas al equipo de Quique Setién a la fase final de la Champions en Lisboa.

El mensaje del 10 parece haber calado en el grupo y la goleada al Alavés en Mendizorroza, en la despedida de la Liga, que reactivó comportamientos en el equipo que parecían olvidados, reaviva la esperanza de que el Barça se reagrupe en torno al mensaje de su estrella. "Dimos un paso adelante en actitud y compromiso. Lo primeros que hay que tener siempre. Hicimos lo principal, nuestras autocrítica de puertas adentro, como tiene que ser, y nos dimos cuenta de un montón de cosas", señaló el capitán barcelonista, un discurso interiorizado también por el resto del componentes de la plantilla, como ha demostrado el holandés Frenkie de Jong, en la entrevista que publica este viernes el diario Sport. "Podemos ganar esta Champions. Pido a la afición que crea y tenga fe en el equipo".

Espíritu crítico

Messi ha mostrado su espíritu más crítico con el equipo esta temporada por la irregularidad mostrada, en especial después del parón del covid-19, que ha acabado costando la liga al Barcelona. Pero también es el primero que ha lanzado un mensaje en público cargado de positivismo, consciente de que el equipo de Quique Setién cuenta también con importantes armas para afrontar una competición tan directa, a cara y cruz, donde los barcelonistas no acusarán de forma tan notable el contar con una plantilla tan corta.

La derrota frente a Osasuna (1-2) en la penúltima jornada de Liga marcó el momento más bajo de la caída azulgrana. A partir de ese mazazo anímico, de la charla individual entre Setién y Messi, en la que el técnico y la estrella se conjuraron para orillar las diferencias y trabajar por un objetivo común, la Champions, el grupo barcelonista parece haber entendido la oportunidad con la que cuenta en un torneo donde el talento de sus jugadores de referencia puede fundamental.

Números destacados

La estadística también da como favorito para Barcelona, que no cae en los octavos de final desde la temporada 2006/2007 contra el Liverpool. Y el argentino, que esta temporada ha mantenido su eficacia ante puerta (30 goles) y ha afinado también su condición de asistente (26), está obsesionado en la búsqueda de esa quinta Copa de Europa ("esa copa tan linda") que persigue estos últimos años, para hacer engordar su palmarés (en 2006 con Rijkaard, en 2009 y 2011 con Guardiola y en 2015 con Luis Enrique).

Es en octavos, además, la ronda en la que Messi parece encontrarse especialmente cómodo y ha mostrado su condición desequilibrante: con 19 goles marcados en 14 partidos del total de 114 goles en la competición europea. El 'crack' argentino acumula 12 triunfos en 12 partidos seguidos en la vuelta de la Champions, todos ellos en el Camp Nou.