Estoy triste, enfadado, contrariado con cómo el deporte se está comportando y afrontando la gravísima situación que el mundo está viviendo por la pandemia que ha generado el virus del Covid-19. Las cifras hablan por sí solas; el impacto de este virus en la población es terrible, más 23 millones de contagios y 800.000 muertos en el mundo, pero en Canarias no hemos estado al margen de esta tragedia sanitaria, con 2.538 contagiados y 167 muertos.

Ante esto, esperaba una respuesta razonable, proporcionada y, sobre todo, responsable de todos los sectores para ir recobrando la normalidad. Porque es cierto que necesitábamos recuperar nuestras vidas de manera paulatina. Que la economía imperiosamente tenía que ir activándose, pero sin engañarnos, sin dejar de mirar atrás y con un claro objetivo, contribuir todos de manera colectiva e individual a parar el virus y su propagación.

Pero lamentablemente no ha sido así; algunos han mostrado su lado más egoísta, irresponsable e insolidario. No me lo esperaba de la gente del deporte, que si por algo se ha caracterizado siempre es por todo lo contario.

Nos hemos puesto a activar parte del sector que no tocaba, que no toca, el ocio deportivo, y además entre la juventud. Es cierto que los jóvenes y adolescentes son en los que menos impacto ha tenido el virus, lo cual no quiere decir que no pueda circular entre ellos, y por ende, ser vehículo de transmisión hacia sus familiares, padres, abuelos?

Estoy asistiendo horrorizado, desde el primer día que se levanto el Estado de Alarma, como federaciones, clubes deportivos y empresas del sector se han puesto a organizar eventos donde se reúnen cientos de personas para realizar diferentes actividades o disciplinas deportivas.

Actividades de ocio... ¿De verdad que toca ocio con muertos encima de la mesa aun? ¿Les parece responsable, les parece necesario, les parece solidario con 14 casos activos en la UCI en nuestros hospitales, con 94 activos hospitalizados en plantas y 1.767 activos en domicilios en Canarias a día de hoy?

Alguien me decía hace poco muy orgulloso que tenía en su clinic de verano a cien niños inscritos en el mes de julio y 80 para el mes de agosto; yo escuchaba perplejo. Que no me quieran vender medidas contra el virus, son niños de edades entre seis a 17 años, es de locos pedirles responsabilidad en estas edades, quieren correr, tocarse, jugar y mezclarse entre ellos, resulta inevitable.

Veo que se anuncian carreras de empresas, campeonatos de ciclismo, clinics de baloncesto o fútbol?. ¿Esto qué es? Alguien va a parar esto, algún responsable político deportivo puede parar esto de una vez.

Afortunadamente leo que se ha cancelado por la Consejería de Sanidad un acto deportivo que era apoyado e impulsado por responsables en política deportiva. ¿Podría la Dirección General de Deportes, los consejeros de los cabildos con competencias y concejales de los ayuntamientos poner orden en todo esto? Controlando cualquier foco de riesgo a la mínima expresión, aun estamos a tiempo. Despertemos.

El deporte debe ser ejemplo una vez más de sacrificio, responsabilidad y solidaridad hacia nuestra sociedad, y no ser bajo ninguna circunstancia causante de riesgos y, en definitiva, propagación de esta lacra que nos está destrozando como sociedad.

Juan carlos arteaga vizcaino. exdeportista profesional