Todo caminaba rumbo al segundo empate consecutivo, contra el segundo recién ascendido, en la segunda jornada de Liga y tras la segunda expulsión sufrida en la primera parte cuando, de repente, los astros se aliaron con la UD Las Palmas. El plan inicial tuvo que modificarse debido a la expulsión del argentino Herner al estilo Vinny Samways (roja directa por cruce de cables en los primeros instantes de su primer partido como amarillo) en el minuto 17 de partido. El plan 'B', con Pedro Vega colgando balones al área en busca del remate de cabeza de Quiroga tampoco terminaba de funcionar. Pero en el minuto 89, con la frustración en la grada de ver cómo la UD era incapaz de vencer a un equipo carne de Segunda B como el Alcoyano, apareció un tal Jonathan Viera y todas las manías y supersticiones de Juan Manuel Rodríguez dieron su fruto para conseguir un gol que le da a la UD la primera victoria de la temporada.

De otra forma no se explica que la zaga del Alcoyano fallara hasta tres veces en su intento de despejar un balón que, a priori, rebosaba inocencia. En otros tres rechaces el esférico favoreció siempre al canterano de La Feria, como si circulara con un imán gemelo al cuerpo del jugador amarillo, hasta que, tímidamente, se quedó en el suelo a la espera de que la pierna derecha de Viera lo empujara a la red. Gol, milagro, victoria y tres puntos en el purgatorio de Segunda. Como si todas las estampitas que Juan Manuel coloca en su maletín en un lugar preferente del banquillo hicieran su trabajo con la misma eficacia que todos los elementos objetivos de un partido de fútbol.

No jugó nada mal la UD en la primera parte. Cierto es que el Alcoyano jamás pretendió incordiar en la presentación amarilla ante su parroquia, pero la asociación Jonathan Viera-Vitolo volvió a funcionar de la misma manara que la pasada semana ante el Guadalajara. A veces, incluso, para desesperación de Javi Guerrero, ayer titular en vez de Quiroga, que en una clara acción de gol de Vitolo reclamó el pase de la muerte al canterano, que buscó el lanzamiento desde fuera del área. Desviado.

Como ocurriera en La Alcarria, los amarillos jugaron casi todo el partido con un jugador menos. Si en Guadalajara fue Sergio, en el minuto 28, el que era expulsado por una doble tarjeta amarilla rigurosa, en esta ocasión fue Diego Herner, once minutos antes (17), el que se lanzó a por un balón con los dos pies por delante. Una entrada innecesaria que dejó a los amarillos con diez: "No tengo nada que reprocharle al árbitro; tal vez yo vengo de otro fútbol más duro", reconoció al finalizar el encuentro.

No tuvo que realizar ningún cambio Juan Manuel Rodríguez para reordenar a su equipo. Retrasó a Javi Castellano desde la posición de central hasta la de medio centro y la solidez del equipo no lo notó. Jonathan Viera asumía más galones, aunque para ello tuviera que bajar hasta el lugar del '6' para organizar el juego ofensivo ante el lógico retraso, también, de la posición de David González, que ayer fue titular en sustitución de Vicente Gómez. Todo ello bajo la atenta mirada de Laguardia, que cuarenta y ocho horas después de aterrizar en Gran Canaria hubiera debutado como amarillo de no ser por lo fantásticamente bien que ha empezado la temporada Javi Castellano, bien sea de medio centro o de central, como ayer.

Pero con diez el Alcoyano tampoco incordió a la UD. Entregó el control del partido y cuando se encontró con ocasiones de gol se dio de bruces con Mariano Barbosa, que resolvió con solvencia cuantos balones complicados le vinieron: al menos tres, uno de ellos bastante claro en el minuto 34, donde una 'manopla' suya le rebañó el cuero a Guille Roldán.

La expulsión de Herner necesitó de un enorme esfuerzo físico del resto de jugadores amarillos que dejó sin fuelle al equipo en la recta final. Ayer, además de ser el autor del gol, el jugador que llevó el peligro y el que mejor se asoció, Jonathan Viera también fue el que más corrió. Sobre todo después de que Vitolo perdiera gas con el paso de los minutos. Resultó llamativo ver cómo, después de marcar en el minuto 89, se le vio correr para tapar un pase en el centro del campo. Para que la victoria no se escapara después de tanto esfuerzo y de que los astros se vistieran de amarillo.

Con la lengua fuera

La UD corría con la lengua fuera desde mediada la segunda parte, donde Quiroga ocupó el lugar de Sergio (46') y Pedro Vega el de Vitolo (66'). Era el plan 'B' de Juan Manuel: El de San Mateo apuraba el carril zurdo para enviar esos balones envenenados a los que suele acostumbrar al delantero argentino, en busca de la cabeza resolutiva. Pero no era ayer el día más propicio para Quiroga, vigilado siempre por la zaga del Alcoyano salvo en el minuto 69, en el que la conexión dio sus frutos pero el remate se fue muy cerca del palo izquierdo de la portería de Maestro.

Era curioso, pero a pesar del dominio amarillo, del control del juego aun con un jugador menos, el portero del Alcoyano no tuvo que realizar ninguna intervención de mérito para salvar a su equipo. De todos los disparos a puerta de la UD, siete en total, sólo uno fue entre los tres palos: el gol en el minuto 89.

Portillo había saltado al campo por aclamación popular en sustitución de Javi Guerrero; apenas tocó el balón en los cinco minutos de los que dispuso. El Alcoyano mostraba su inocencia en las pocas ocasiones en las que merodeaba el área de Barbosa y, cuando su defensa de verdad fue requerida para un trabajo de empaque, la inocencia se convirtió en condena. Hasta en tres ocasiones pudo despejar el balón la zaga en el último minuto del partido. No lo hizo y Jonathan Viera los liquidó, como en más de una ocasión le ocurrió el pasado curso a la UD de Paco Jémez. Entonces los milagros de Juan Manuel no existían.