Aroma brujo para derribar el maleficio. Dos partidos de Liga han bastado para encumbrar a Enrique Corrales (Sevilla, 1982), como un referente de seguridad. Estela dorada en el carril izquierdo que evoca a un pasado perfecto. Tras el ascenso de la UD Las Palmas a Segunda, en la temporada 2005-06, existe un agujero negro en el costado izquierdo.

Solo las cesiones de Xabi Castillo (que llegó de la Real Sociedad en 2006) y de Christian Fernández (Racing de Santander y en 2008) ofrecieron algo de luz en una posición maldita.

Dos operaciones a las que habría que añadir el pundonor y la raza del canterano Ruymán que en la pasada temporada alcanzó un nivel notable.

Pero Corrales ha terminado con un pasado negro y ha relegado a Ruymán al banquillo. El lateral andaluz, que llegó del Granada tras su paso por el Mallorca y Osasuna, es un mimbre veterano con casi cien partidos en Primera División. Su comportamiento ante Guadalajara y Alcoyano evoca al paso de Paqui, que defendió de forma sobresaliente la elástica de la UD durante seis temporadas. Un periodo de éxito que le llevó a lucir el brazalete de capitán y en Primera División.

Paqui Veza, que también militó en Osasuna y en la liga de las estrellas, define el potencial de Corrales entre el reconocimiento y el elogio. "Es un jugador que encaja perfectamente en el engranaje de la UD. Solidario y sacrificado, solo hay que mirar su currículum para percatarse de que irá a más", detalla el que fuese oro en los Juegos de Barcelona 1992 junto a Guardiola, Kiko o Albert Ferrer.

Y el mérito de Corrales reside en una integración en tiempo récord. En menos de una semana, pasó de ser presentado con la elástica amarilla, tras rescindir con el Granada, a maravillar en el Pedro Escartín frente al CD Guadalajara.

Vocación ofensiva

Paqui reconoce que la posición de lateral izquierdo es una especie en extinción. "Hablamos de una demarcación compleja y que trae muchas dificultades a las áreas de contratación de los diferentes equipos del fútbol nacional", concreta el guerrero amarillo que pasó por las categorías inferiores del Barça.

Pero Corrales se ha ganado el beneficio de la duda y el calor del Gran Canaria. Su debut en el recinto de Siete Palmas, contra el Alcoyano, significó uno de los capítulos estelares. Correcto, voluntarioso y eléctrico, Corrales lució su vocación ofensiva con hasta tres subidas con peligro en la meta de Maestro.

Tras desbancar a Ruymán, Corrales esquiva la euforia. "Hay que ir partido a partido; sin sobresaltos y pensar que la próxima jornada será la última".

Agujero

La demarcación de lateral zurdo ha sido una posición compleja para el organigrama técnico de la UD. En la pasada temporada, el alta del gallego Carril -que llegó del Levante UD y por petición de Jémez- resultó una decepción mayúscula. En enero fue el mimbre descartado para dejar sitio a Quero, que llegaba cedido del Rayo.

Y en la temporada 2009-10, el desastre fue mayor. La UD lograba la cesión de un jugador carismático con un cartel de estrella como Beranger. Una lesión de rodilla eclipsó su puesta en escena y engordó la lista de víctimas.

Dani López estira el drama. El asturiano defendió la elástica amarilla en dos cursos y dejó una estela gris. López Ramos, Juanma... La UD ha contado con dificultades e incluso Aythami, que desempeñaba esta función en el filial, tuvo que jugar en el carril maldito durante la pasada temporada.

Pero Corrales es una la esperanza perfecta. Sube y defiende con rigor y ha disparado la euforia en la grada. Tiene visos de convertirse en un acierto. Un fichaje que acabará con la maldición del 3. Corrales avanza con el peso de silenciar el agujero negro amarillo.