Un gol fantasma, varios disparos que se estrellaron contra el palo, alguna tarjeta que debió mostrarse y que no fue... muchas ocasiones, pero ningún gol en el marcador de la UD Las Palmas. En el del equipo visitante, un único gol tras apenas tres ocasiones. El tanto de los blanquiverdes viene de un error en la defensa amarilla que supo aprovechar el Córdoba.

Claro está que muchos aficionados no se podían creer la mala suerte del equipo amarillo. Paco Ramírez abandonaba ya el recinto de Siete Palmas cuando Guerrero encaró en solitario al portero. Parecía que esperar había merecido la pena, pero no. "No entra nada, el Córdoba ha marcado sin merecerlo, y encima fallamos eso. Nos ha mirado un tuerto", exclamaba con las manos en la cabeza. Paco salió del Estadio sin llegar a ver la caída de Pedro Vega en el área, ni la falta sobre Mauro Quiroga. Esas acciones hubiesen cargado de razón a este aficionado.

Cerca de él, observaban el partido Daniel Hernández y Francisco Ortega. En contra de lo que se veía a su alrededor, ellos mantenían la calma pasara lo que pasara sobre la pradera del Gran Canaria. Intentaban ambos centrarse en las cosas buenas que a su parecer había dejado el partido: el debut en liga de Portillo como titular y los primeros minutos de Artiles en el campeonato. Sin embargo, otros aspectos más allá de la desventaja en el marcador les empeoraban el ánimo. "Me sorprende que Las Palmas dependa tanto de Viera y Vitolo para hacer buen juego. El centro del campo se resiente mucho cuando ellos faltan", aseguraba Daniel antes de que su amigo apuntillara "yo creo que David González debería ir desapareciendo poco a poco. Me alegré cuando le sustituyeron. No es el hombre adecuado para llevar el timón del equipo".

Las ocasiones perdidas, los palos y las jugadas polémicas no justifican para ellos la derrota, y mucho menos el árbitro, que pasaba el examen "con un 5 raspado", en opinión de Daniel.

Demasiados palos

Con el himno de fondo, Montse Gallardo analizaba el partido rodeada de los jóvenes Carlos, Alberto y Juan Antonio. Al igual que hacía Paco Ramírez, resumían el choque con un escueto: "no ha habido manera de que el balón entrara en la portería". Montse por su parte veía clarísimo que la acción sobre Pedro Vega en el área era un penalti que "el árbitro se había comido", y que "tres palos en el mismo partido es inaudito" refutando así la tesis de sus tres menudos acompañantes. La unidad del grupo se rompe a la hora de decantarse entre Paco Jémez o Juan Manuel Rodríguez. La fidelidad al actual ocupante del banquillo amarillo puede más que el recuerdo del buen juego de la era Jémez.

Acerca de esta misma decisión se pronunciaba en los aledaños del estadio Roque Falcón. "En mi opinión, la UD no le debe nada al señor Jémez. Yo me quedo con Juan Manuel". Pero Roque no culpa a la mala suerte del mal resultado para los amarillos, sino al mal juego desplegado por éstos: "La primera parte se la regalamos, y el Córdoba no es nadie. No había centro del campo. Parece que en cuanto faltan Viera y Vitolo el equipo se deshace".

Otra de las parejas merecedoras de análisis durante los próximo entrenamientos es la formada por Portillo y Guerrero. "Se estorbaban y eso nos restó opciones. Portillo no aportó nada, por lo que yo hubiera sacado a Quiroga de titular", explicaba con los nervios del partido todavía a flor de piel.

El análisis de la actuación arbitral provoca que Roque deje de caminar para enfatizar en su discurso. "Aquí los árbitros siguen haciendo de las suyas y nosotros callándonos. Nos machacan demasiado, y la junta directiva debería hacer algo para que esta situación cambie", afirmaba con ciertos síntomas de furia contenida.

Mala suerte, mal juego, mal arbitraje e incluso mala dirección. Todas y cada una de las personas que presenciaron el UD Las Palmas-Córdoba esgrimen una excusa que justifica el resultado. La única verdad es que, aunque sólo se jugó un encuentro en el Gran Canaria, cada uno de ellos parece haber visto un partido diferente.