El Cabildo calcula, según un estudio realizado hace varios años, que el coste para remodelar el Estadio de Gran Canaria a partir de la eliminación de las pistas de atletismo se establecería en unos 25 millones de euros, cifra que se dispararía de manera considerable -por encima de los 30 millones de euros- si la obra precisara de un trabajo de contención en los pilares que sujetan las gradas Sur y Tribuna. A partir de esos parámetros, la corporación insular tasa -para sus arcas- inviable económicamente el proyecto.

El anuncio realizado la semana pasada por Miguel Ángel Ramírez, presidente del club amarillo, en el que aseguraba haber alcanzado un pacto para quitar las pistas de atletismo del recinto de Siete Palmas con todas las formaciones políticas que aspiran a presidir el Cabildo durante el próximo mandato, ha desconcertado al actual grupo de gobierno de la corporación insular, ya que la UD Las Palmas ni siquiera ha trasladado el supuesto proyecto de remodelación a la corporación insular.

Inutilización del recinto

Ante el planteamiento expuesto el pasado jueves por Miguel Ángel Ramírez, desde la administración pública se subrayan varios fundamentos que -a partir de la propuesta inicial de la UD Las Palmas- hacen inviable el proyecto: el elevado coste de la obra para las arcas del Cabildo -pese a la propuesta de prefinanciación planteada por Miguel Ángel Ramírez- y la inutilización del propio Estadio de Gran Canaria para la competición oficial durante un amplio espacio de tiempo.

Aunque la entidad de Pío XII aún no ha revelado públicamente las pautas de diseño de la remodelación del estadio -en principio, está previsto que la UD Las Palmas exhiba su plan a lo largo de esta semana-, la obra requiere la construcción de dos nuevos graderíos en los fondos (Curva y Naciente) y la depresión del terreno de juego para la ampliación -sin puntos muertos para la visión- de los anfiteatros laterales (Sur y Tribuna).