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Canarias, en letras de oro

La natación isleña protagoniza episodios destacados de la obra que conmemora los cien años de vida de la Real Federación Española

Campeones de España en los 50, con Jesús Domínguez, Manolo Guerra, Manuel Castiñeira y Ventura Ramírez, entre otros.

El libro del Centenario de la Real Federación Española de Natación, presentado recientemente en la sede del Metropole, trae a la actualidad el papel destacado de Canarias en la exitosa historia de este deporte, y su relevante aportación a todos los niveles.

La historia centenaria de la natación española no se habría podido escribir en letras de oro sin el protagonismo de Canarias. Modesta en sus orígenes, con el paso del tiempo su exitosa trayectoria se ha ganado un lugar de honor, como así queda plasmado en el libro del Centenario de la Real Federación Española (RFEN).

La RFEN se fundaba en el año 1920 de la mano, entre otros, del recordado Bernardo Picornell, en una época en la que la natación hispana ya tenía a Barcelona como su epicentro; sus deportistas eran los grandes dominadores de las competiciones de aquellos inicios junto con los castellanos, encabezados por Madrid.

Todo cambia después del brusco parón propiciado por la Guerra Civil. Cuando se vuelven a disputar los Campeonatos de España, en Palma de Mallorca en 1941, se produce un reverdecer de esta especialidad deportiva.

Y el Archipiélago muy pronto adquirió protagonismo, y de qué manera. Canarias conquistó el título de campeona nacional, siendo la natación el primer deporte que se apuntaba una victoria de ese calibre para las Islas.

A partir de ese año ya no eran únicamente Cataluña y Castilla, ahora habría que contar también con Canarias. Así surgió el eslogan de Las tres C para referirse a la hegemonía de natación española. Estas tres regiones ejercieron de dominadoras durante muchos años.

En realidad, la natación en Canarias se practicaba desde bastante tiempo antes. Tres históricas figuras, Julio Navarro, José Feo y Paco Rancel, supieron canalizar las inquietudes deportivas de los nadadores isleños en la playa de Las Canteras, en Gran Canaria, y en el Balneario y en el Náutico, en Santa Cruz de Tenerife. Gracias a la iniciativa de un visionario como Julio Navarro, que entusiasmó a su grupo de amigos de la playa con sus ideas y su amor por la natación, se formaba el Club Natación Metropole.

Además, Julio Navarro también dio vida a la Federación Canaria para así poder participar en los Campeonatos de España de Valencia, en 1935. Aunque fue una presencia modesta, sirvió para sentar las bases del futuro. “Lo principal es que se ha aprendido mucho, se han visto los fallos y se ha abierto el fuego”, decía, además de percatarse de una ventaja: contar con un clima que permitía entrenar más meses al año que el resto de España.

Época dorada

Cuando el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria construye la piscina Julio Navarro, en el Parque Doramas, comienza una época dorada de la natación canaria. Entre aquel 1941 y 1960, Canarias se proclamaba campeona de España en 12 ocasiones en masculino, subcampeona en cinco y tercera, otras tres. A nivel femenino, siete entorchados nacionales y un subcampeonato avalaban el poderío de las isleñas. Las irrupción de las nadadoras canarias supuso toda una conmoción en la natación española no solo por sus valores natatorios, sino también por los personales.

A finales de 1959, como ya ocurriera a principios de la década, la tabla de récords de España estaba copada por nadadores canarios. De la docena de pruebas individuales del programa, nueve tenían como sus dominadores a nuestros nadadores y nadadoras; y por supuesto los relevos, uno de los puntos fuertes de los canarios. Era tal el dominio isleño, que se organizaban encuentros de natación entre Canarias y el resto de España, donde el triunfo siempre recaía en los insulares.

Después ya vino el boom de las piscinas cubiertas en el territorio peninsular, sobre todo en Cataluña, y Canarias perdía parte su hegemonía. Pero lo que no se perdió fue la calidad de sus nadadores, que hicieron de la técnica depurada su bandera; su estilo de nadar y su competitividad causaban asombro. Los pioneros dejaban su seña de identidad.

Estamos hablando de una natación, la canaria, que ha aportado al panorama nacional más de 250 títulos de campeones nacionales individuales y de relevos, que han batido récords de España en más de 300 ocasiones. A estos registros hay que sumar una amplia presencia internacional, con más de 800 convocatorias con la selección.

Entre estas últimas, resaltar la presencia olímpica de una treintena de deportistas isleños entre tres disciplinas de este deporte: natación, saltos y sincronizada, ahora denominada artística.

Clubes, federativos, técnicos...

Y luego estaban los clubes, el Club Natación Metropole, santo y seña en Gran Canaria, y el Náutico, Teide y Deportivo, en Tenerife, que también contaron en sus filas con campeones de España. Pero a ellos hay que sumar otras entidades ya desaparecidas, como el Alcaravaneras, el Victoria o la Unión Deportiva Las Palmas.

Pero no solo están los deportistas y los clubes, también Canarias ha sido parte importante de los cien años de la Federación Española en otros ámbitos de este deporte. Por ejemplo, a nivel federativo, destacan los nombres de Ignacio Martel Viniegra, Luis Benítez de Lugo y Ascanio -el histórico Marqués de la Florida-, Gregorio Socorro y Fernando Navarro Valle.

En el plano técnico, resaltar la figura de Quique Martínez, un referente nacional e internacional. También señalar la labor de Acidalio Lorenzo en Tenerife, y más recientemente Fernando Navarro, director técnico nacional, o Rafael Reyes, director de la Escuela Nacional de Entrenadores.

En el plano arbitral, el Archipiélago también ha aportado muchos nombres de prestigio no solo en el ámbito nacional, sino también en el internacional, como Ignacio Martel, Manuel Castiñeira y Teresa Valido; luego están los dirigentes del Comité de Árbitros, como los casos de Armando Vera, en la isla de Gran Canaria, o Mario Pastor, en Tenerife.

Y no podemos olvidar a Humberto Trujillo, el recordado Berto, que compaginaba sus funciones arbitrales con las periodísticas en La Provincia-Diario de Las Palmas, un medio que obtenía varios reconocimientos a la labor informativa, otra aportación canaria a la natación española.

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