Hay veces en las que no se le pueden decir que no. A Lisandra Lussón le sucedió algo así en verano cuando recibió la llamada del Rocasa, el club donde es leyenda, al formar parte de los mejores años de su historia.

La lesión de la lateral Adriana Marksteiner, uno de los fichajes de este curso, que le obligó a pasar por el quirófano, la sacó de la retirada. Su idea, con el término precipitado de la temporada por culpa de la pandemia, era abandonar el deporte profesional. Así iba a ser, pero el Rocasa le pidió que alargara su vida al alto nivel unos meses más. Y no pudo decir no. Ahora, su segunda retirada ya es una realidad después de dejar al equipo en octavos de final de la EHF European Cup este pasado fin de semana.

“Esta vez sí, ya no pienso volver, al menos profesionalmente, a las canchas a competir con mis compañeras”, aseguró la jugadora cubana, que suma una Liga Guerreras Iberdrola, una Copas de la Reina, dos EHF Challenge Cup y dos Supercopas de España con el club de Las Remudas.

Sin embargo, se pone a la disposición del club si la necesitan en cualquier otro ámbito siempre que no implique competir. “Puedo ayudar en los entrenamientos si en algún momento puedan necesitarme por alguna razón, porque yo pienso seguir vinculada al deporte, porque no pienso dejarme ir en ese sentido, pero mi carrera profesional activa ya la terminé en mi mente y en mi cuerpo”, agregó la cubana de 34 años.

Este regreso durante unos meses le ha brindado a Lisandra Lussón la oportunidad de despedirse de manera activa en la cancha, algo que la pandemia le había impedido. “Estoy muy contenta con eso, porque la vez anterior sucedió todo durante el confinamiento y me quedé con la tristeza y la desolación de no poder despedirme de la afición”, manifestó la lateral.

Siempre con ilusión

Unos meses donde ha vuelto “con ilusión” y ganas de disgrutar con sus compañeras. “Había tomado la decisión y estaba contenta con mi decisión, pero cuando volví a comprometerme con el club durante este tiempecillo para ayudar a las chicas, lo afronté con esa ilusión de poder retirarme en las canchas”, concretó.

Una serie de partidos donde la cubana demostró que está a un gran nivel, óptimo para el deporte profesional. “Se me dio la ocasión y la fui aprovechando en cada partido. Nunca he sido egoísta a la hora de marcar goles, sino que me gusta compartir con mis compañeras, pasarlo bien y si llegan los goles bien, pero sino toca seguir trabajando”. Eso sí, el balonmano seguirá en su vida. “Afronto con ilusión el reto de ser entrenadora en infantiles y es algo que me encanta”, agregó.