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El destino esquivo de la UD

El club tuvo la opción de contratar dos veces a Maradona, la primera en 1977 cuando jugaba con Argentinos Juniors, y finalmente en 1996

El destino esquivo de la UD

Corría 1977. Restaba un año para que se celebrara el Mundial de Argentina, aquel que sirvió para que Jorge Videla sacara pecho de la dictadura que imponía en su país cuando la selección albiceleste se impuso en el Monumental a la Naranja Mecánica holandesa. Ese Mundial lo ganó Argentina liderado por Mario Kempes, comandado por Daniel Pasarella y huérfano de la convocatoria de la mayor promesa del fútbol por entonces, un tal Diego Armando Maradona.

César Luis Menotti, seleccionador del combinado sudamericano decidió no incluir en la lista a aquel pibe de 17 años para “no quemarlo”, como años después desveló. El Pelusa, que ya despuntaba en Argentinos Juniors y presente en el escaparate de medio mundo, tuvo que esperar hasta el mundial juvenil de 1979 organizado en Japón para demostrar al planeta fútbol de los kilates con los que estaba forjado la zurda más linda que jamás haya pisado un terreno de juego

Pero dos años antes de su confirmación en el país nipón, la UD Las Palmas tuvo la oportunidad de hacerse con los servicios de Maradona y lo desechó en numerosas ocasiones alegando que no tenían la suficiente confianza en un juvenil o excusándose en tener completo el cupo de extranjeros a pesar de que ya tuvieran apalabrado el pase de Quique Wolff al Real Madrid al término de aquella temporada 1976-77.

La documentación y el relato de los protagonistas esclavizan a los responsables de los errores con el paso del tiempo. Aquel error fue más monumental que el estadio en el que Argentina se impuso a la Holanda carente de Cruyff. ¿Qué hubiera ocurrido en la historia de Las Palmas si el presidente Atilio Ley y su valido Jesús Pérez (vicepresidente) le hubieran echado el lazo al cebollita de Villa Fiorito?

El primer rechazo

¿Y quién es el notario en dejar constancia del error más grande en la historia del club insular? Pues Gregorio González Fulgencio. El por entonces concejal de Las Palmas de Gran Canaria y presidente del Sindicato de Hostelería viajaba a Buenos Aires con asiduidad por diversos asuntos de negocios. Con cierta relación con la familia Perón, el político canario fue la primera persona en ofrecerle la oportunidad de trasladarse a Europa. Él mediaría con la UD para que se uniera a los Brindisi, Morete, Carnevali o Roque Olsen.

Las Palmas alegó tener el cupo de extranjeros lleno a pesar de que Wolff se fue al Madrid

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“Tenemos en nuestro poder el 'dossier' del jugador Diego Maradona, del club Argentinos Juniors, y sabemos de la buena disposición, por tu mediación, del Presidente del equipo para conceder opción a favor de nosotros, sobre los derechos reglamentarios del jugador, para, una vez llegado el caso, y luego de ser estudiado por esta Junta, decidir si nos pudiera interesar. Y a este respecto, puede servirte la presente como credencial suficiente”. Así rezaba los poderes que Jesús Pérez le otorgó a González para ser el mediador entre Argentinos y la UD el 25 de marzo de 1978.

Ese dosier al que se refiere el documento en poder de González constaba de un recopilatorio de éxitos de la vida personal de Maradona que el propio Diego le hizo entrega al hostelero canario después de que este le fuera a ver a un partido de Argentinos frente a San Lorenzo en el Gasómetro. “Ya en el calentamiento me di cuenta que allí había un fenómeno. Maradona salió al campo tocando el balón una y otra vez, con las dos piernas, con la cabeza, con los hombros, con el muslo, de tacón...”, recordaba González a este periódico en 2008.

Se llegó a cifrar un posible traspaso del Barrilete Cósmico a la UD cifrado en 700.000 dólares, lo que a la conversión de la época podría equipararse a 18 millones de pesetas. Esa cantidad irrisoria fue lo que separó los caminos de Las Palmas y el más grande de todos los tiempos, como muchos tildan a Maradona, al menos en los comienzos en los que Diego comenzaba a entrar en ebullición.

Porque hubo una segunda oportunidad para que la leyenda del fútbol mundial se sumara al reto del ascenso a Primera en la campaña 1996-97 de la UD junto a un compatriota que dejó huella en la Isla. “Tengo sueños imposibles, como jugar en el Real Madrid, en el Valencia con Romario, en Las Palmas con el Turu Flores, en el Barcelona con Ronaldo, o en el Atlético de Madrid con Simeone y Esnáider”. Esa frase la lanzó Diego a mediados de los 90 en su deseo de compartir caseta con el delantero que se trajo Ángel Tadeo de Vélez Sarsfield tras no acometer la contratación de Marcelo Salas -las vueltas de la vida-.

Maradona en la recta final de su carrera, entre retiradas y vueltas en Boca Juniors y encontrado con la directiva Xeneize no descartaba una última salida a Europa y Las Palmas podía estar entre sus planes. El Pelusa sabía que aquí estaba el Turu y quería formar dupla con el delantero estrella del Vélez de Carlos Bianchi que conquistó la Libertadores meses atrás.

Como ocurriera en 1977, casi 30 años después, Las Palmas desechó la opción de estampar un contrato con Maradona, esta vez desconfiando del estado de forma en el que se encontraba el argentino, pasado de peso, con el pelo pintado a dos colores y todos los excesos que rodeaban a la leyenda en la antesala de su adiós.Las Palmas emitió un documento a Gregorio González para cederle los poderes de la posible negociación del jugador Diego Maradona, del club Argentinos Juniors. El contrato está fechado el 25 de marzo de 1978, cuando El Pelusa ya prometía una carrera con destino a los altares del fútbol. Aun así, el club desestimó la opción de firmar a Maradona y nunca vistió la camiseta de la Unión Deportiva. |

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