La lucha canaria vive un día de luto tras la pérdida de uno de sus puntales de referencia en Gran Canaria durante finales de la década de los 70, 80 e incluso los primeros años de los 90 del siglo pasado. Zoilo Domínguez 'Pollo de Moya' falleció tras años peleando contra una enfermedad degenerativa.

"Empecé en la lucha canaria cuando estaba en el cuartel y quisiera seguir bastante más. Ya no soy un niño, pero empecé cuando me la enseñaron. Los he tirado a todos y todos me han tirado a mí, ahora no creo que vaya a ir a más, solo a menos", decía entre risas a principios de los 80 Zoilo Domínguez en un reportaje televisivo puesto a disposición del historiador José Roque Falcón por Emilín Monzón.

Zoilo Domínguez comenzó a bregar con Salvador Sánchez 'Borito' en el Bentejuí de Las Palmas de Gran Canaria. Ahí se convirtió en el Pollo de Moya. "Me lo puso él. Todo se lo tengo que agradecer a él, que me ha enseñado muchas de las luchas que sé. No sé si me lo puso porque en Moya no había ningún luchador o porque cree que me lo merezco", comentaba en el mismo vídeo.

Lo cierto es que tras su irrupción en el Bentejuí escaló hasta llegar a la categoría de puntal B en apenas unos años. Su plenitud como luchador la alcanzó en el Ramón Jiménez de Santa María de Guía, donde marcó una época. En el año 1981 ganó la Copa Juan Carlos Hernández con un combinado de luchadores del Guanarteme y el Ramón Jiménez que consiguieron un señor equipo con hombres como Santiago Ojeda, Juan Coruña, Miguel Ángel Tejera 'el Maestro', Agustín Suárez 'el Mudo', Álvaro Déniz 'Pollo e Moya II' o Francisco Rivero 'Pollo de Rojas II', actual presidente de la Federación Canaria de Lucha.

"Fue un excelente compañero. Lo definía su pundonor, ya que nunca daba nada por perdido. Tiró a casi todos los grandes luchadores de la época. Compartimos algunos años donde estaba en plenitud total. Lo daba absolutamente todo en el terrero, era un gladiador", apunta Rivero.

Una radiografía unánime de un puntal que también paseó su talento y fuerza por el Acaymo de Telde, Los Guanches de Arucas, Unión Norte de Fuerteventura y Moyense. Yesista de profesión, durante los últimos años de su vida tuvo que vivir con la enfermedad que le relegó a una silla de ruedas.

En el verano de 2017, la Villa de Moya y la familia de la lucha canaria se volcaron con él en una luchada solidaria como homenaje a uno de sus luchadores más ilustres. El Terrero Municipal se llenó para rendirle un merecido tributo. En 2016 recibió el reconocimiento de su municipio a través de la condecoración de deportista de Moya en la gala de Gran Canaria Isla Europea del Deporte.