Si acaso el Gran Canaria de esta temporada tiene algún récord que sacar a la palestra llegaría en clave negativa. El conjunto de Porfirio Fisac, con la derrota por 102-81 ante el Urbas Fuenlabrada del pasado sábado rompía la barrera de cuatro derrotas encajando 100 o más puntos y registra una nueva marca con el quinto partido recibiendo tres cifras en una sola temporada. Un lujo, vamos.
Salvo la victoria en el partido inaugural frente al Bilbao Basket (107-102), todos los centenariazos siguientes han sido noches de infausto resultado. El Valencia Basket asestó una puñalada a la racha positiva de seis victorias consecutivas entre Liga Endesa y Eurocup con un sopapo por 101-85. Dentro de lo que cabe no era ninguna tragedia aquel 2 de enero, pues los taronjas venían de seis triunfos encadenados en la competición nacional y todavía siguen en esa ola positiva y acumulan diez triunfos consecutivos –como anécdota, cuatro fueron por encima de los 100 puntos y seguidos–.
Pero si ante el Valencia no se encendieron las alarmas por ser una de esas derrotas asumibles, lo que viene cuajando el Herbalife en este 2021 está haciendo bueno hasta al 2020 que muchos consideran el peor año de sus vidas.
En los veintiséis días que llevan transcurridos desde las campanadas, el Granca le ha cogido el gustillo a perder por amplios marcadores. De las cinco últimas derrotas insulares, cuatro han sido por encima de la centena.
Después del Valencia vino otro mazazo para la moral de los hombres de Fisac al caer contra el Iberostar Tenerife en el derbi canario (87-108), registrando la puntuación más alta recibida como local en su historia; le siguió la derrota en el partido inaugural del Top-16 de la Eurocup ante el Mornar Bar (100-102) y la guinda del pastel llegó el pasado fin de semana en el Fernando Martín cediendo incluso el basket average contra el Fuenlabrada (102-81) en su pabellón y retando al conjunto madrileño a desempatar en la parte baja de la ACB como siga a este paso.
Fisac avisaba en un tiempo muerto en la cancha del sur madrileño a sus jugadores que no tenían “carácter para defender el uno contra uno”. Paradójico en su planteamiento cuando al equipo claretiano, preso de sobrevivir gracias a las individualidades de sus jugadores, le frenan la productividad ofensiva que solo tiene un verso y es el de la anarquía, con suma facilidad por parte de las defensas rivales.
Víctor García, uno de los asistentes de Porfi Fisac se expresaba de la siguiente manera en una entrevista a la FEB en septiembre de 2020: “Los sistemas no son tan importantes como enseñar al jugador a leer cada una de las situaciones. El talento está siempre por encima del scouting”.
Siguiendo esta reflexión, debe ser que el talento de los jugadores que se han fichado para la actual temporada no incluían en el paquete de suscripción los conceptos defensivos necesarios para competir.
Así pues, con media liga todavía por desarrollarse, el récord puede continuar agrandándose si siguen cayendo canastas sobre el aro claretiano al mismo nivel torrencial que en el mes de enero, y más aun cuando en cinco días el Herbalife tiene una cita con el dentista en el Wizink Center para visitar a un Real Madrid imparable en la Liga Endesa.
Por ende, con los datos reflejados en esta racha de centenariazos durante la presente temporada, quedan pulverizadas las marcas que el Granca registró en la campaña 1991-92 que significó su último descenso de la ACB, cuando acumuló cuatro derrotas por encima de las tres cifras –TAU, Murcia, Granollers y Llíria–; al igual que en su año de Euroliga, cuando también tropezó cuatro veces por encima de la centena –Panathinaikos, dos veces el CSKA Moscú y Armani Milán–.
Para intentar mejorar de cara a lo que resta de temporada e intentar dar una alegría comenzando por el doble choque ante el Morabanc Andorra en la Eurocup, el equipo de Fisac recupera para la causa a Matt Costello, que ya se entrenó ayer con el grupo; al igual que Fabio Santana, quien ayer desvelaba en micrófonos de la Cadena SER que ya se había recuperado de su esguince en el tobillo izquierdo que le ha mantenido alejado de las canchas un mes –el último partido que jugó fue ante el Betis el 22 de diciembre–.
