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Tenista grancanaria que lucha contra un linfoma de Hodgkin

Carla Suárez: Con la enfermedad aprendes a disfrutar más del día a día”

La grancanaria Carla Suárez -derecha- posa con su madre, Loli Navarro, en el Parque Güell de Barcelona, ciudad donde reside la tenista. | | LP/DLP

En el ‘Día Mundial contra el Cáncer’, la tenista grancanaria Carla Suárez nos cuenta su lucha contra el linfoma de Hodgkin que se le diagnóstico en septiembre del año pasado. Superadas ya las sesiones del ‘quimio’, el final del túnel parece más cerca. Su positivismo, las muestras de apoyo y los cuidados de su madre Loli han sido fundamentales.

Hoy se celebra el Día Mundial contra el Cáncer. Han pasado cinco meses desde que se conociera que usted padecía un linfoma de Hodgkin. Publicó a través de sus redes sociales que tenía la enfermedad. Seguramente un buen número de personas desconocen de qué se trata este cáncer. ¿Le pasó lo mismo?

Entiendo que no se conozca. Si no te ha tocado vivirlo o no has tenido un familiar que lo haya sufrido es bastante difícil que sepas exactamente de qué va el tema. Principalmente me volví el 29 de mayo de Gran Canaria [a Barcelona, donde reside] después del confinamiento y a finales de junio ya me empecé a encontrarme un poco cansada. Vi que algo no iba bien. La primera prueba que me hice fue una PCR por si tenía el virus, pero no era eso. Tenía náuseas y arcadas, así que fui a un digestólogo. Lo primero que me dijo fue que era una gastritis porque los síntomas eran muy leves y solo me pasaba en el tenis. Hicimos más pruebas, más análisis y así llegamos al diagnóstico.

Y desde entonces, ¿cómo ha vivido Carla Suárez este calvario? Le hemos visto en redes sociales siempre con una sonrisa, pero imagino que no es algo fácil de llevar.

El tratamiento lo he llevado muy bien. Al principio me dijeron que tenía que hacer 12 sesiones de quimio, pero mi cuerpo ha respondido muy bien y en el primer chequeo ya me trasladaron que solo tenía que hacer ocho. En algunos momentos sí he sentido un poco de malestar por tener que vomitar, pero son cosas que se asumen. Creo que solo lo he pasado mal en dos sesiones, por lo demás ha ido bien.

“Me siento aliviada por haber acabado con las sesiones de quimioterapia, no es un proceso fácil”

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Una vez concluidas esas sesiones de quimioterapia, ¿con qué se queda de este proceso?, ¿qué ha aprendido?

He terminado las quimios, pero aun tengo sesiones de radioterapia que hacer. El lunes tengo cita con mi médico y supongo que me harán algún TAC y ahí me dirán con qué proceso debo continuar. Respecto a la pregunta, me siento aliviada por haber acabado con la quimio, no se trata de un proceso fácil. Siempre había alguna semana en la que no podía hacer mucho, me pegaba todo el día en casa y bueno..., quieras o no eso ahora va a cambiar un poquito.

Ha vivido todos estos duros momentos acompañada de su madre. Nadie mejor para compartir este duro trance.

Sí, claro [ríe]. Vino para Barcelona desde que empecé el tratamiento, lo ha pasado aquí conmigo y aquí sigue. Hasta que no terminemos con la radioterapia intuyo que no volverá a Las Palmas. La verdad es que ha ido todo muy bien, hacía bastante que no pasábamos tanto tiempo juntas. Soy una persona tranquila y ella sabe respetar mi espacio. Tenerla conmigo es lo mejor que me podía pasar. Nada mejor que el amor y los cuidados de una madre..

¿Se ha sentido apoyada en este tiempo de enfermedad?

He recibido muchísimo cariño. Además de la familia, que siempre está ahí, he recibido muchísimos mensajes dándome ánimos, dándome fuerzas y apoyo. Han sido unos cinco meses en los que la gente ha estado bastante atenta y encima por saber cómo me encontraba. Recibir cariño te da muchas energías, que quieras o no es algo que te ayuda mentalmente a estar mejor. Eso se nota y se agradece.

¿Habló con otros deportistas que han pasado por lo mismo?

Hay un chico en el tenis que se llama Rubén Merchán que pasó la misma enfermedad que yo, aunque hacía tiempo ya. Hablé con él y me dio algunos consejos; aunque él sufrió la enfermedad hace tiempo, los tratamientos siguen siendo muy parecidos, por no decir casi igual. Quería saber los síntomas que podía tener, las fases que iba a experimentar. Quería saberlo de primera mano de alguien que lo hubiese vivido. La verdad es que me ayudó mucho, acertó en muchas cosas.

“Tener a mi madre conmigo durante todo este tiempo es lo mejor que me podía pasar”

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¿En el momento que le diagnosticaron la enfermedad empezó a cambiar su concepción de la vida?

Sinceramente, poquita cosa. En 2019 anuncié que el año pasado iba a ser el último de mi carrera profesional. Una de las razones era porque ya no quería pasar tanto tiempo fuera de casa, lejos de la familia. Quieras o no, ya había cosas que echaba de menos y que valoraba. Con la pandemia y luego con el linfoma, hay gente que se ha dado cuenta de ciertas cosas que venía echando de menos durante mucho tiempo. En ese sentido la enfermedad no me ha cambiado tanto. Tenía planes en mente que se te borran directamente y empiezas de cero. Con la enfermedad aprendes a disfrutar mucho más del día a día. Eso sí es algo que la pandemia y la enfermedad me lo han hecho ver más claro.

Usted siempre ha sido una persona humilde, colaborando con acciones solidarias. ¿Pero lo que le ha sucedido le ha hecho aún más humana?

Sí, seguramente. Al final no dejan de ser lecciones de vida. Uno siempre intenta estar apoyando a ONG’s y asociaciones, aportar un granito de arena porque evidentemente no voy a cambiar grandes cosas. Pero bueno, si puedo ayudar a los que más lo necesitan estaré ahí. Te ayuda a saber que la realidad de mucha gente es complicada, que no tienen muchos recursos básicos... Quiero estar involucrada en este tipo de causas durante toda mi vida.

En el momento en que le diagnostican el linfoma, ¿llega a pensar en la muerte?

La verdad es que no. Los médicos me dicen que mi diagnóstico es muy favorable, me dan confianza y muchas esperanzas. En ningún momento se me pasó por la cabeza tener miedo ni pensar en cosas peores. Siempre he estado muy positiva.

¿Y cómo ha sido su relación con los médicos?

Siempre he viajado con fisios y sé la labor que hacen en ayudar a los demás. Ahora que me ha tocado vivir esto, los doctores han tratado que me sienta lo más cómoda posible, desde la tranquilidad, desde la naturalidad. En estos momentos de pandemia, se están dejando la vida en una situación que no es fácil. Hay que agradecerles mucho, y a ver si la sociedad es más consciente de que hay que pensar más en los demás y no solo en uno mismo.

“La ilusión por volver a las pistas me ha ayudado, pero si no puedo no se acaba el mundo por ello”

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¿Tiene respeto a que el coronavirus pudiera llegar a afectar a su enfermedad?

Lo normalizas. Cuando tienes que acudir al hospital tantos días, si fuese con miedo sería difícil sobrellevarlo. Allí está todo muy controlado, con todas las medidas. Los médicos y enfermeros saben que somos personas de riesgo por tener las defensas más bajas y nos cuidan mucho.

¿Cómo se ha evadido de todo este largo proceso de recuperación de su enfermedad?

He hecho de todo. Me gusta leer mucho, con mi madre veíamos alguna serie, haciendo puzzles, jugando al ajedrez, que me gusta mucho... Cuando me sentía bien físicamente, me iba al gimnasio, jugaba al tenis, me iba a nadar, paseos por la ciudad... Todas esas cositas, más las llamadas y visitas de amigos. Han sido unos cuatro o cinco meses en los que casi he podido hacer de todo.

Usted comentó públicamente que cuando se retirara le gustaría ser madre. ¿Continúa con la misma idea?

No creo que la enfermedad suponga algún problema, pero sí es un tema que me gustaría hablar con los médicos una vez termine con el tratamiento. En ese sentido estoy bastante tranquila.

En el plano deportivo, ¿piensa volver a las pistas, se pone fecha para un posible regreso?

Estoy pendiente de la fecha en la que termino el tratamiento. Yo más o menos voy entrenado. Me gustaría despedirme del tenis profesional en una pista, pero es verdad que mi cuerpo ahora no es el mismo que el de antes; con el tratamiento no recupero igual, me canso mucho más que antes. No sé cuándo mi cuerpo va a volver a recuperar cierta normalidad para prepararme para estar a los niveles que exige un torneo. Pero es una ilusión que tengo y mantener esa ilusión por volver me ha ayudado durante el tratamiento. Si puedo conseguirlo lo haré; pero si no puedo, no se acaba el mundo.

“A la personas que luchan contra la enfermedad, decirles que, sobre todo, no pierdan la esperanza”

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¿Y en su horizonte ve muy lejos el poder optar a estar en los Juegos de Tokio?

Tengo esa ilusión, pero como ya he dicho, tengo un ranking protegido y al no poder jugar torneos durante estas fechas y no poder sumar puntos para mover ese ranking van a ser las propias compañeras, tanto españolas como extranjeras, las que me puedan clasificar. Tendré que esperar. Si al final se pueden celebrar los Juegos, si consigo clasificarme, que ahora no depende de mí, y si mi cuerpo responde bien al tratamiento y a la preparación necesaria para volver, evidentemente me encantaría estar allí en Tokio.

En el Día Mundial contra el Cáncer, que se celebra hoy, ¿qué mensaje le gustaría lanzar?

A toda esas personas que están luchando contra la enfermedad, decirles que no pierdan la esperanza sobre todo, y que no pierdan la alegría, que sigan luchando, que sean positivos.

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