El CV Guaguas mostrará un nuevo título copero en sus vitrinas, el séptimo copero, después de que casi un cuarto de siglo después el conjunto dirigido por Sergio Miguel Camarero venciera de forma inmaculada en la final ante el CV Palma por un contundente 3-0.

La grandeza del equipo amarillo se demostró de cabo a rabo en el torneo del KO. Tres partidos disputados, tres partidos que venció por 3-0 a sus rivales. Ni por mucho que presuponga una supuesta igualdad en una final por el trofeo, el Guaguas arrasó al Palma por un amplio marcador (25-20; 25-15 y 25-14), en el que además Paulo Kukartsev sobresalió entre los jugadores presentes, con 20 puntos, y además le valió para ser nominado como el MVP de la Copa.

Cerca de un centenar de personas se congregaron en el Centro Insular de Deportes para que el Guaguas pudiera repetir la gesta que alcanzó hace 24 años, cuando consiguió alzarse con el título copero en el feudo insular. Esta vez, el rival era el Palma, el mismo club con el que protagonizó grandes batallas por los títulos ligueros en la década de los 90. De aquellos duelos entre Rafa Pascual y Sánchez Jover, la guerra en este nuevo siglo iba a ir de la mano de Moisés Cezar o Paulo Kukartsev por parte insular ante el opuesto Rodrigo de Melo o el colocador Ricardo Perini.

7

Final de la Copa del Rey: CV Guaguas - CV Palma La Provincia

El primer periodo sirvió como toma de contacto ante los dos depredadores de la Liga nacional. Siempre el conjunto insular por delante en el marcador, con ventajas en casi todo momento de dos puntos, comandó el marcador para ir dictando sentencia ante los vítores de los presentes: familiares, autoridades y parte de las plantillas que ya habían caído eliminados en las eliminatorias previas.

Hasta el 13-14 no consiguió adelantarse el equipo balear en el luminoso, cuando dos fallos consecutivos en las recepciones de los amarillos al saque visitante le permitieron ponerse por delante por primera vez en esta final copera que se vivía con gran tensión en las gradas y banquillos.

Tanto estaba en juego que los nervios hicieron su puesta en escena a través del entrenador Sergio Miguel Camarero ante una decisión arbitral: señalaron punto para el Palma después de que un rechace tímido de balón pudiera marcharse más allá de los límites del campo. El técnico guaguero reclamó con excesiva ansia la decisión arbitral y su homólogo Marcos Dreyer le indicó que se calmara. Rencillas pasadas de dos glorias del deporte que no terminaron de resolverse como jugadores y ahora afloraron de nuevo como técnicos.

Igualdad máxima

La igualdad entre estos dos colosos fue máxima en el primer periodo hasta el 18-18. Juan Manuel González llevaba el peso del Palma con 4 puntos y en el club dirigido por Juan Ruiz en la presidencia destacaba el capitán, el muro de la Liga, Moisés Cézar que bloqueaba todo lo que pasaba por sus dependencias.

A partir de ese empate la balanza se decantó para el Guaguas con una inercia imparable. Entre el Cocodrilo Kukartsev y Cézar pusieron la directa para hacerse con el primer set de la tarde. Apenas dejaron respiro, más allá de la repetición de un punto por doble infracción en uno de los remates amarillos, los de Camarero pusieron la directa y dieron la primera estocada a su rival por 25-20.

La profundidad del equipo refundado en la presente temporada, el que Ruiz ha querido que vuelva a reinar en España, permitió ceder la responsabilidad a todas sus estrellas en el segundo periodo. Guillerme Hage, el mejor receptor del curso pasado; junto a Matt Knigge, mejor central el año pasado, comenzaron a entrar en ebullición. 

Si el conjunto balear quiso devolver la moneda en primera instancia liderando el tanteador hasta el 4-5, en ese punto se cambiaron las tornas y el Guaguas empezó a meter un punto tras otro hasta el 11-7 con el que Dreyer tuvo que solicitar tiempo muerto para intentar que sus hombres no se desconectaran de la final por el primer título de la temporada.

Aun así, la superioridad del equipo organizador de la Copa continuaba patente por muchas indicaciones que llegaran desde los banquillos. La renta en el marcador cada vez se hacía más grande y al llegar al 16-10, con seis tantos de ventaja, volvió a pedir tiempo muerto el Palma para recomponer su moral con la intención de levantar el partido.

Ni los aplausos por parte del banquillo verde a cada saque insular impidieron que el Guaguas se llevara el segundo set y acercara el trofeo en juego a las vitrinas del club. El meneo que le dieron a su rival fue de órdago. 25-15 y la confianza balear por los suelos ante un equipo que acumulaba su octavo set consecutivo ganado en la Copa y que quería completar con un tercero y cerrar inmaculado el trofeo, sin ceder ningún resquicio en su marcador.

Y los jugadores locales arrancaron con sonrisas en sus rostros después de ver cómo se ponían 3-0 y cogían una ventaja cómoda con la que ir gestionando la superioridad que habían mostrado durante toda la tarde en el CID. 

Júbilo en el pabellón

El júbilo en el pabellón de la Avenida Marítima era tal que hasta el palco de autoridades, con el presidente del Gobierno, Ángel Víctor Torres, presente se entregaba a los aplausos por ver como la séptima Copa del Guaguas tomaba cada vez más forma.

Con el 13-5, ya las expresiones gestuales de los baleares solo daban muestras de que por mucho que lo intentaran el conjunto amarillo era infinitamente superior a ellos. Dos puntos más de los grancanarios y vuelta a un tiempo muerto de Dreyer para al menos no decir que entregaba la cuchara sin sudar la última gota de sangre.

Tanta ventaja se mostraba en el marcador, que incluso el 19-10 para el Palma, que llegó tras una jugada polémica en la que el balón se quedó entre el cuerpo de Rodrigo de Melo –el único que hacía algo ayer, con 15 puntos– y la red, Camarero mandó calmar a los suyos. Todo lo contrario a los nervios que mostraba en el primer set. Era cuestión de tiempo sentenciar el encuentro.

Concluyó con un todavía más abultado 25-14 que en el segundo set, la alegría en el club insular 25 años después y un nuevo título en el haber de Juan Ruíz a sus espaldas.