Los Angeles Lakers, con LeBron James y Anthony Davis como salvavidas, despertaron a tiempo de un inicio de pesadilla ante los Memphis Grizzlies para sumar una victoria más sufrida de lo que reflejó el marcador (115-105) y con la que extienden a siete su racha de triunfos consecutivos.

Los actuales campeones de la NBA se están acostumbrando a sudar la gota gorda. Tras anotarse los tres últimos encuentro en la prórroga con James jugando más de 40 minutos en cada uno de ellos, los de púrpura y oro se llevaron hoy un buen sofoco de partida puesto que en un primer cuarto espantoso llegaron a ir perdiendo por 20 puntos.

No les resultó fácil tomar el mando del duelo, ya que la primera ventaja de los Lakers no sucedió hasta el último minuto del tercer parcial. Pero finalmente LeBron James (que rozó el triple-doble con 28 puntos, 9 rebotes y 8 asistencias) y Anthony Davis (35 puntos y 9 rebotes) impusieron la calma y la lógica para darle a los Lakers una remontada con la que siguen segundos de la Conferencia Oeste (21-6) por detrás de los Utah Jazz (21-5).

Marc Gasol sumó 6 puntos (con dos triples muy importantes en el tercer cuarto), 2 rebotes, una asistencia y un tapón frente a una pérdida en 28 minutos.

Por parte de los muy meritorios Memphis Grizzlies, que tienen un balance de 10 victorias y 11 derrotas, destacaron Grayson Allen (23 puntos) y Ja Morant y Jonas Valanciunas (ambos con 22 puntos).

Los Lakers encararon el partido con un arranque para el olvido. No anotaron ningún tiro en los primeros tres minutos y, para cuando quisieron darse cuenta, ya perdían por 0-11.

El temprano tiempo muerto de Frank Vogel no espabiló para nada a los locales, que vieron como Valanciunas se hinchaba en la zona (11 puntos en cinco minutos) para catapultar a los de Memphis a un tremendo 2-22 en el ecuador del cuarto inicial.

Las cifras tras el primer parcial (16-31) resumían el naufragio de los angelinos, que encestaron un penoso 29% de tiros (incluyendo 1 de 8 en triples) y que perdieron completamente la batalla del rebote (7 frente a 15). Ante ellos, los Grizzlies bailaban a su antojo en ataque (59% en tiros).

La entrada de los revulsivos desde el banquillo, sobre todo de un muy esforzado Kyle Kuzma que acabó siendo fundamental (20 puntos y 10 rebotes, 5 de ellos ofensivos), aumentó la competitividad de los Lakers. Sin embargo, dos triples consecutivos de Grayson Allen y Dillon Brooks convirtieron la sorpresa de los Grizzlies en una amenaza totalmente real (28-45 a mediados del segundo cuarto).

Pese a que Davis empezó a martillear el aro rival, los Lakers no consiguieron bajar del doble dígito y Morant ahondó en la herida con un triple sobre la bocina (46-59).

El partido cambió por completo tras el paso por vestuarios. Los Lakers engrasaron su defensa, la dupla Davis-James empezó a producir con mucha soltura, y un triple de Gasol consiguió que por primera vez los Grizzlies estuvieran ya a tiro (53-61 después de dos minutos).

Contraataques, robos, jugadas de pillería y experiencia, rebotes ofensivos... Los locales apretaron los dientes frente a unos visitantes desconcertados que veían diluirse su campanada en el Staples Center.

Un James omnipresente y avasallador dominaba en ataque y defensa para modelar una remontada que se materializó con un 82-80 en el último minuto del tercer parcial, que los Lakers se embolsaron por un elocuente 43-21 (máxima anotación para los angelinos en un cuarto en toda la temporada).

La tónica del tercer cuarto, tras un espectacular triple sobre la bocina de James, continuó en los últimos doce minutos, donde los Lakers remaron ya con el viento a favor para regalarse un respiro tras un partido de muchos sustos y gran irregularidad pero con el final más feliz.