Un flechazo con Gran Canaria

Hay sitios que enamoran, lugares a los que uno siempre quiere volver. Son emplazamientos que evocan felicidad, que aportan luz, que solo son sinónimos de placer. Es puro amor, un flechazo. Algo así viven con Gran Canaria desde hace 25 años un grupo de cicloturistas italianos que cada invierno dejan atrás el frío de Europa para adentrarse en las entrañas de la Isla, para recorrer y bordear el asfalto de un escenario que siempre pide más.

“Han sido unas jornadas espectaculares. Llegar al Pico de las Nieves y ver el Teide delante, con esa nieve, es increíble. Es una isla perfecta para entrenar, hay muchos recorridos y para rodar. Gran Canaria ofrece una variedad de recorridos, de puertos duros, menos duros, más cortos, más largos... Es un territorio perfecto para entrenar, de verdad. Eso y el clima hace que siempre repitamos”.

Al habla está Marco Velo, ciclista profesional durante 15 temporadas. Él es la mano derecha de Davide Cassani, también exciclista profesional y seleccionador italiano de ciclismo en ruta. Con su pelotón de la Bike Academy que lleva su nombre, Gran Canaria se ha convertido en una parada obligatoria, un lugar donde pedalear sin otra preocupación que no sea la de disfrutar en cada centímetro de asfalto. Ni siquiera la pandemia les ha privado de su cita.

“Este año ha sido una pena por el Covid, hemos venido menos, pero ha sido una semana espectacular. Cada día entrenamos en un par de grupos, depende del nivel de fuerza. Todos disfrutamos de la isla, de su encanto”, recalca Velo, ‘líder’ de un grupeta que se dejó atrás a Cassani, que contrajo el coronavirus en las semanas previas al viaje.

En total, casi 40 cicloturistas italianos que tiñeron de naranja los sinuosos trazados de la cumbre. “Hay muchas rutas, muy distintas. La única pena son algunas carreteras cortadas, como el tramo de Ayacata o el de Taurito”, apunta Velo, que sigue con una pasión total por las dos ruedas. “Ahora el sufrimiento es diferente sobre la bici porque me puedo permitir parar, sacar fotos, tomar un café, mirar el mar, los puertos... Cuando estaba en carrera lo único que podía mirar era la rueda del que estaba delante de mí. Ahora es un espectáculo salir sobre la bici”, cuenta entre risas.

Sabe bien lo que dice. Tres veces campeón de Contrarreloj en su país (1998, 1999 y 2000), el Mercatone Uno ligó su camino al de una leyenda: Marco Pantani. Pedaleando para él logró hacer de 1998 el mejor año del ‘Pirata’: Giro de Italia y Tour de Francia. “Para un ciclista, compartir equipo con Marco es como para un jugador de fútbol estar con Messi o con Cristiano Ronaldo. Me siento muy afortunado de poder haber ganado aquel Giro con él. Para mí, es y será el número uno”, rememora Velo.

Trágico aniversario

Justo hoy se cumplen 17 años desde la trágica muerte de Pantani y su recuerdo sigue imborrable en la memoria colectiva del ciclismo. “Fuera de la bicicleta era un amigo, siempre con su sonrisa. Y con sus compañeros era simple. Lo sentíamos día a día, lo sentíamos como un hermano. Sobre la bici improvisaba. Podía haber una táctica, pero cinco minutos después se le olvidaba y hacía lo que le pasaba por la cabeza. Era algo increíble”, sentencia.

Algo que, como muchos otros aficionados al ciclismo, echa de menos Velo. “Ahora no está todo en tu mano, hay que estar pendiente a las indicaciones. Es un ciclismo muy calculado, demasiado, pero si quieres ganar... No es un ciclismo tan humano como hace 20 años”, recalca Velo, que tiene muchas esperanzas en lo que pueda hacer su equipo italiano en Mundial, Europeo y Juegos Olímpicos. “Con los nombres que tenemos, no podemos tener miedo, solo esperanza en que esta sea una gran temporada para nosotros”, agrega antes de avisar. “Volveremos a la Isla. El ciclismo es mi profesión, pero también una forma de vida para todos nosotros”, argumenta.