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Una mina de puntos en Missouri

La base grancanaria Laura Rodríguez explota en su tercer año en la competición nortamericana defendiendo la camiseta de las ‘Miners’, promediando 16,3 puntos

Laura Rodríguez bota el balón bajo la presión de una rival en un partido con las ‘Miners’ de la Universidad de Missouri. | | LP/DLP

A Laura Rodríguez le ha llegado su hora. En su tercer año defendiendo los colores de la Universidad de Missouri de Ciencias y Tecnología la grancanaria está de dulce y ha elevado sus números hasta los 16 puntos por partido. Las miners tienen a una líder con acento canario sobre la pista y muestra de ello es que es la jugadora que lidera el promedio de puntos de las que tiene Kira Carter a sus órdenes desde el banquillo.

Las cosas le van bien a Laura en el aspecto individual. Ha pasado en tan solo dos años de meter 5,6 puntos a los 12,5 de la temporada pasada –líder en puntuación junto a Mykala Baylor– y a la eclosión del presente curso en el que ya alcanza los 16,3 por choque disputado. La puntería de la combo insular está afinadísima y firma un 43,1% en los lanzamientos que realiza en sus 34,4 minutos de media por partido. Una mina en todos los apartados estadísticos de su equipo.

Pero para lograr estas cotas, Rodríguez tiene una larga historia pegada al balón naranja que comenzó entre lágrimas en el Pabellón de La Paterna cuando tenía cuatro años y pisó un parqué por primera vez. “Yo le decía a mi padre que quería jugar al voleibol, pero al final creo que no fue una mala decisión decantarme por este deporte [ríe] del que estoy enamorada”, explica la hija de Pedro.

En la pista capitalina se enfundó la camiseta del CB Islas Canarias para sumar un largo repertorio de títulos autonómicos y nacionales en las categorías de formación. Para Laura, el club insular es clave en la jugadora que es hoy a 7.000 kilómetros de La Paterna. “Me lo dieron todo. Mis mejores recuerdos en el club están guardados con los campeonatos de Canarias y de España. Precisamente después de ganar el Junior nacional en 2016 decidí cambiar de aires e iniciar una nueva etapa en el Torrelodones”, señala la jugadora.

Un viaje a la capital española porque Rodríguez buscaba “nuevos retos” y sobre todo porque tal y como ella explica “la liga madrileña es muy competitiva durante todas las jornadas a diferencia de la de las Islas, en donde hay pocos equipos con un buen nivel”.

Después de dos años en Torrelodones la base ya llegó a la edad universitaria e hizo las maletas con destino a Missouri. La estudiante de psicología tenía en mente “desde pequeña” estudiar en Estados Unidos y después de confirmar “las muchísimas facilidades que dan a los deportistas para combinar estudios y la competición de alto nivel” cruzó el charco.

La Universidad de Missouri de Ciencias y Tecnología tiene 8.000 estudiantes y está considerada como una universidad mediana en la que Laura ha encontrado su hábitat idóneo para explotar en la cancha. “Con el paso de los años me siento mucho mejor, cada vez tengo más responsabilidad al jugar como base, así que también me ayuda a centrarme en todos los aspectos”, subraya.

Y es ahí donde entra la nueva entrenadora de las Miners, Kira Carter, que suplió a Alan Eads, después de 19 años en el cargo. “Siempre me da calma, me insiste en que busque la mejor opción para anotar y que me tome el tiempo que me haga falta en la pista”, aclara la grancanaria.

En cuanto a los objetivos que se marca Laura apunta a: “Intentar llevar a mi equipo al campeonato estatal, y en la parte académica finalizar mis estudios de psicología, pero tampoco me pongo ninguna presión, ya veré si después estudio algo más”.

“Sueño con jugar en el Islas Canarias”


“Volvería sin pensármelo al Islas Canarias si tuviera la posibilidad. Begoña [Santana] y Domingo [Díaz] me lo dieron todo, me enseñaron todo lo que sé en la pista y para mí sería un sueño poder regresar al equipo y jugar en casa al nivel más alto porque allí pasé los mejores años de mi vida”, Laura Rodríguez lo tiene claro, su corazón sigue latiendo en color amarillo. El club que la forjó como jugadora de baloncesto desde los cuatro años hasta la categoría Cadete supone un objetivo de futuro para la grancanaria. La relación que creó con el binomio eterno del club insular no se ha marchitado a pesar de la distancia y después de los años que han pasado desde que Laura abandonó el club. “Siempre que vuelvo a casa voy a ver a Begoña y nos contamos todas las cosas que vivo, es muy especial para mí”, sentencia. | D. R. P.

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