Claudia tiene 21 años y estudia derecho. Con cinco años le detectaron un tumor en un nervio ocular y empezó a ver sólo luces hasta que a los 10 se quedó ciega del todo. Con 15 llegó a la escuela de surf de Laida, en el País Vasco, una tabla adaptada por un chico, probó, le gustó y no ha parado de hacer surf hasta ahora. Ahora ya lo practica con una tabla normal. Para ella es solo un hobby, pero ha participado en alguna competición de surf adaptado a modo recreativo.