El semáforo de la Fórmula 1 se pone en verde este fin de semana en la segunda temporada marcada por la pandemia de la Covid-19, aunque será la primera planeada desde el comienzo bajo la alarma sanitaria.

Las medidas de prevención y los test volverán a ser clave en la competición, pero el Mundial aspira a recuperar parcialmente cierta normalidad, como la asistencia de público en algunas pruebas, una circunstancia que de forma muy limitada se pudo ensayar en 2020.

La Fórmula 1 quiere mantener la burbuja anticovid que se aplicó con éxito el pasado año y mantendrá la obligatoriedad de las pruebas PCR cada cinco días para todo el personal. Además, limitará los contactos entre miembros de distintos equipos o entre los encargados de los diferentes aspectos logísticos.

 

Más allá de los protocolos para detectar y excluir a los contagiados, la gran esperanza este año para contrarrestar la amenaza de la enfermedad reside, sin duda, en la vacuna. Sin embargo, la lentitud de su administración en el mundo y el rechazo de la organización a aceptar ofertas como la de Baréin, donde se disputa la primera carrera, para inocularla a todos los miembros del 'Gran Circo' han enfriado su impacto a corto plazo.

La Fórmula 1 dejó, en todo caso, la decisión de aceptar el ofrecimiento del país árabe en manos de cada uno. De hecho, Carlos Sainz, que este año debuta con Ferrari, fue uno de los que aceptó ser inoculado con vacuna, como reconoció hace algunos días. Pero al margen de que este tipo de ofertas puedan repetirse en otras citas, es previsible que a lo largo de los próximos meses, antes del final de la competición, ya en diciembre, los pilotos y el personal que hace que el Mundial siga adelante hayan sido incorporados a las campañas de inmunización de sus propios países.

La pandemia no ha conseguido, en cualquier caso, frenar el Mundial de Fórmula 1, que de hecho pasará a la historia este año como el más largo jamás disputado, con los 23 grandes premios programados.

¿Público en las gradas de la Fórmula 1?

La gran incógnita para los aficionados es la de saber si podrán volver a las gradas de los circuitos. También para los pilotos, que echan en falta su calor. La decisión dependerá de las autoridades de cada país, y es difícil hacer previsiones en el marco de una pandemia cuya evolución en los próximos meses es aún imprevisible.

No parece que los fans vuelvan a abarrotar los asientos, pero sí es de esperar que un mayor control de la enfermedad y unos protocolos mejorados ayuden a devolver color a las carreras y a aliviar la sensación de vacío que caracterizó a las pruebas el pasado año.

Hasta ahora, Baréin ya ha adelantado que permitirá asistir a su gran premio a quienes hayan sido vacunados con las dos dosis de la vacuna y a los que demuestren haber superado la enfermedad. Por el contrario, Portugal ha confirmado que optará por la prudencia y no abrirá las gradas.