La Federación de Lucha Canaria exige el inicio inmediato del plan de desescalada que permita al deporte vernáculo volver a la actividad. En diciembre de 2020, una representación del organismo federativo regional, encabezada por su presidente Francisco Rivero, se reunía con el director general del Servicio Canario de Salud, Conrado Domínguez, y con el director general de Deportes, Manolo López. En dicho encuentro, las partes acordaron la elaboración de un texto específico que recogería los apartados más útiles de todos los protocolos que se habían presentado hasta aquella fecha por distintas entidades y por personas físicas, como efectivamente se hizo en tiempo y forma.

Desde el pasado mes de enero, la Federación de Lucha Canaria ha insistido en la necesidad de ejecutar este protocolo. El ente federativo tenía la esperanza de que la situación se desbloqueara en la reunión convocada para esta semana con Manolo López y Conrado Domínguez. Pero no pudo celebrarse en el día fijado en un primer momento, el miércoles, al ser inviable la presencia del director del Servicio Canario de Salud. Esta tampoco se pudo llevar a a cabo el jueves; cuando ya estaban conectados telemáticamente parte de los convocados, el director de general de Deportes confirmaba la inasistencia de Domínguez y el encuentro debió aplazarse de nuevo. Se está a la espera de fijar la nueva fecha para la reunión.

Tal era la confianza de la Federación en que se daría por fin luz verde al plan de desescalada, que se llegó a un acuerdo con Norberto Marrero Gordillo, médico deportivo que participó en la elaboración del protocolo, para que fuese el responsable de su ejecución, desarrollando una rigurosa campaña de responsabilidad y de concienciación para el seguimiento estricto de las prescripciones recogidas en el documento por parte de deportistas y de todos los agentes de un deporte vernáculo que espera impaciente el retorno tras más de un año esperando.