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Voleibol

El mérito invisible de Paco Sánchez Jover en los títulos del CV Guaguas

Los títulos del Guaguas están cimentados en el trabajo previo de Paco Sánchez Jover para sostener en Gran Canaria un equipo masculino en la élite con el 7 Islas

El mérito invisible

Para entender lo que ha hecho el CV Guaguas esta temporada hay que mirar a Vecindario. “Sin la labor de Paco en todos estos años, que se ha desvivido por mantener el voleibol masculino en la élite, nosotros no hubiéramos podido hacer nada. Eso es así. Él se lo propuso y gracias a eso tuvimos esta plaza en Superliga. Si no, hubiera sido completamente imposible empezar de esta manera”.

Juan Ruiz, presidente del CV Guaguas, lo tiene claro. El ‘gigante’ que construyó esta temporada para retomar la mejor era del voleibol en la isla hubiera sido inconcebible sin el empeño que Paco Sánchez Jover (Murcia, 1960) le puso al CV 7 Islas, germen de este nuevo Guaguas. Desde la vicepresidencia, el mito del Calvo Sotelo original, ha sido un pilar en la sombra, encargado de labores más oscuras, sin tantos focos como las últimas dos décadas: desde coordinar los de viajes y el materiales, a velar por las necesidades de los jugadores.

“He estado más aliviado, más liberado... Tuve momentos muy difíciles en estos años. Miro atrás y pienso en cómo salvamos todos los años. Fueron muchas noches sin dormir, pero mira, a lo hecho pecho. Lo importante fue llegar hasta aquí y cumplir este triunfo tan ansiado por todos. En Vecindario no pudimos llegar a ese paso que nos faltaba, pero lo importante es que el vóley siga en la Isla y disfrutemos desde el lugar que nos corresponda. Y yo con este título lo he hecho”, argumenta Sánchez Jover.

Cuando el sábado el Guaguas acabó en el tercer partido de la serie final con el Unicaja Costa de Almería e inscribió su nombre como campeón de la Superliga, la cabeza de Sánchez Jover se fue a la temporada 2011-2012. “Fue de las primeras cosas que me acordé”, apunta. Ese año fue algo más que complicado para el 7 Islas. “Teníamos un déficit importante... Lo sacamos adelante por los jugadores de casa que teníamos. Sin ellos no hubiéramos llegado a esto. Hicimos un pacto de entrenar, jugar y ser los más serios posible sin cobrar ni un duro. No teníamos nada. Lo que había era para pagar viajes, hoteles y esas cosas... Y renunciaron a cobrar”, cuenta.

Aquellas caras, aquellos nombres están en la memoria de Sánchez Jover con un valor de campeones. “Me llevé una sorpresa con todos. Fueron profesionales sin serlo. Sufríamos cada punto. Llegué a tener chicos de 14 años para completar la plantilla. Pero hasta el último día de temporada fueron los más profesionales del mundo. Salvar ese año fue clave. A partir de ahí fuimos a más y empezaron tiempos mejores. Lo mantuvimos vivo, me acordé mucho de todos ellos”, recuerda el expresidente y exentrendor del 7 Islas.

En esta aventura del Guaguas, además de Juan Ruiz, el hombre que lo trajo a Gran Canaria, ha estado de la mano de Sergio Miguel Camarero, el jefe del banquillo. “Lo vive de una manera muy intensa, muy especial... Estoy mucho encima de él con ese tema, porque no quiero que le pase factura, incluso en la salud. La gente no lo sabe hasta que no se sienta en un banquillo, porque es un tema diferente. Lo he notado porque a mí me ha pasado: el corazón te aprieta. Eso sí, lo ha hecho muy bien. Igual si no fuese así no le hubiera ido tan bien”, cuenta entre risas Sánchez Jover.

En este ‘doblete’, Sánchez Jover ha estado junto a su hijo Javier, uno de los colocadores de la plantilla. En el hogar ya hay dos campeonísimos. “Ha sido un año de aprendizaje. Ya ha tenido una reunión con el club porque no seguirá. Quiere tener más participación y es entendible. No sabe dónde jugará, pero se va con la cabeza alta y dos títulos en su carrera y que siga evolucionando”, explica.

Su felicidad es plena en este puesto. “Los títulos me han sabido como si fueran los primeros. Esa ilusión del triunfo después de tanto tiempo ha sido maravillosa. Más en un año complicado, con la pandemia en medio. Ha sido difícil, pero hemos tenido la recompensa”, reconoce el hombre que se hizo leyenda en el Centro Insular de Deportes de la Avenida Marítima con el Calvo Sotelo.

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