La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Balonmano

El Rocasa se va de 'su' Copa (15-18)

El Aula Alimentos Valladolid tumba al equipo grancanario a las primeras de cambio en la Copa de la Reina

42

Copa de la Reina: el Aula Alimentos Valladolid elimina al Rocasa Gran Canaria J. L. Recio

Cuando el bocinazo señaló el final del partido en el Rita Hernández de Telde, ese ruido sentó como una puñalada en lo más profundo del orgullo del Rocasa Gran Canaria. Algo que, probablemente una década atrás, hubiera sido algo más banal para las grancanarias. ¿Caer en cuartos de la Copa de la Reina? Casi lo normal.

Pero lo que se tocó ayer en el corazón del Rocasa fue el honor de un equipo campeón. Eso se palpa. Un club que en los últimos años ha colmado sus vitrinas y que vio cómo se colaron en su fiesta para darle un disgusto que costará digerir. Y eso duele más que perder. Porque el Aula Alimentos de Valladolid abofeteó al equipo de Carlos Herrera para sacarlo del Rita Hernández de Telde a las primeras de cambio en un torneo que no entiende de pedigrí y que no da más oportunidades que una.

El Rocasa sucumbió ante el Aula Alimentos de Valladolid (15-18) y se despidió de ‘su’ Copa. En la esquina, la celebración del que sabe que ha hecho una machada; en el banquillo, unos rostros de pena más sentidos casi que en una final. Desde las lágrimas de Haridian Rodríguez a la sudadera en la cabeza de María González; de la rabia de Sayna Mbengue, cara empapada, a la incredulidad de Tiddara Trojaola; de la mirada de Mela Falcón al cielo a las faltas de respuestas de Carlos Herrera. Un cuadro de un campeón derrotado que se cuestiona ahora mismo todo su presente y su futuro.

Aquella era la estampa final de un partido que siempre fue gris para el Rocasa, acoplado al plan trazado por el equipo pucelano. Errático desde el inicio, sin despegarse de su par, obstruido en un ataque sin chispa (15/39 lanzamientos, un 38%) el equipo de Las Remudas nunca se encontró cómodo. Y lo pagó. Y tanto que lo pagó.

“¡Va, va, va!”, gritaba Carlos Herrera a viva voz desde la banda. Y eso que ni siquiera había pasado un minuto de partido. El Rocasa no quería sustos, no quería dejarle al Aula creérselo. Igual por el sabor especial de la Copa de la Reina, de saberse anfitrión y saber que tenía que responder, le costó afinar su brazo. Porque ni siquiera fue a la tercera: hasta el cuarto ataque no consiguió meter el balón en la portería. Aquello fue la tónica del día.

Falta de claridad

Lo mejor para el Rocasa era que el Aula Alimentos no andaba mucho mejor, con dolor para abrir el melón, hasta que todo se empezó a abrir para los dos lados. Ahí empezó el reparto de cachetones, al campo abierto, donde el Valladolid andaba pillo (4-4, min. 10).

Hasta que Silvia Navarro, ese paracaídas que lo sostiene casi todo, levantó una tregua bajo su portería (6-4, min. 12). Delante, el Rocasa intentaba hacer daño en el pivote, con todo el juego cargado en la espalda de Haridian Rodríguez. El balón no llegaba a los extremos, Gomes y Mbengue andaban agarrotadas y a las de Herrera les costaba un mundo hacer gol.

El empate simbolizó el enredo del Rocasa (6-6, min.15), liado entre pérdidas y una falta de norte preocupante. El asunto se empantanó más. Sin soluciones en el frente, más que entregarse a Navarro y a que el Valladolid sufriera algún despiste atrás –cosa que no tenía pinta de pasar–, el equipo de Las Remudas se vio por detrás. La coyuntura no fue momentánea y se complicó del todo: el Aula tomó una ventaja de dos goles, que pronto se convirtieron en tres (6-9, min.22). O reaccionaba ya o el asunto se iba a poner negro.

La grancanaria Lulu Guerra apareció en momentos clave en la portería de las vallisoletanas

decoration

Sayna Mbengue cortó un parcial de 0-5 y una sequía de más de seis minutos sin marcar para que el Rocasa espabilara. Pero hacía falta más, mucho más para arreglar aquel nudo que tenía en el cuello. Y lo consiguió gracias al ritmo de Mizuki Hosoe, que le puso al Rocasa una marcha más en el eje central. Sin ser tan previsible, las amarillas consiguieron empezar a darle bocados a la renta del Aula Alimentos Valladolid. Y si no se fue por delante al descanso fue por la aparición de Lulu Guerra, que negó a Tiddara Trojaola en la última acción de la primera mitad para dejar todo abierto (10-10).

Sí acertó la extremo para piner por delante a las suyas en el primer balón que le cayó en sus manos para abrir el acto final (11-10). El Rocasa había sacado la cabeza del agua y ya tenía otro color. Respiraba para encontrar su defensa, pero todavía le faltaba conseguir una fluidez notable en ataque.

Mientras, sobrevivía, que no era poco, en un partido donde el marcador era espeso. En los primeros diez minutos de la segunda parte, el parcial era pírrico: 2-1 para el Rocasa (12-11, min. 40). Demasiado peligroso. Sobre todo cuando pasan pocas cosas, como el caso. Tan poco que una simple acción puede dar mucho de sí.

Como cuando Gomes, en un error absurdo, encontró una exclusión que le dio alas al Aula para revolcar el marcador: el 12-14 se clavó en el Rita Hernández. Un fallo a enmendar que ya no podía hacer en el otro lado Parra que estrelló un siete metros en la cara de Palomino. Roja y a la grada.

Un imposible

Pero ni con esas el Rocasa consiguió volver a domar el electrónico. Cada vez quedaba menos tiempos y las de Carlos Herrera seguían incapaces de afinar. Si el balón no se iba a larguero, aparecía Lulu Guerra; si el balón no se escurría, se marchaba fuera. Empató (14-14 y 15-15), pero ni eso calmó al Rocasa El acceso a semifinales estaba en un pañuelo. Como si nunca se hubiera visto en otra igual, el Rocasa siguió maniatado, nervioso y contraído. Con una menos, entró en los últimos cinco minutos un gol abajo (15-16). Más cuando el Aula consiguió dos goles de renta con tres minutos por jugar. Ahí el Rocasa entró en pánico y el Aula Alimentos de Valladolid voló. Levitó, sabía que lo tenía en su mano y lo hizo para darle una noche al Rocasa que no encontrará ya consuelo.

Ficha técnica:

15.- Rocasa Gran Canaria (10+5): Melania Falcón González (-), Iara Grosso (-), Arinegua Pérez (-), Paula Valdivia (-), Agni Zygoura (-), Alba Chiara Spugnini (3), Sayna Mbengue (2), Haridian Rodríguez (2), Silvia Navarro (-), María Gómes (4), Ana Belén Palomino (-), Tiddara Trojaola (3), María González Méndez (-), Mizuki Hosoe (1), Adriana Marksteiner (-) y Yuli Quevedo (-). Entrenador: Carlos Herrera y Roberto Santana.

18.- Aula Alimentos de Valladolid (10+8): Carmen Sanz (-), Elba Álvarez (1), Jimena Laguna (-), Danila So Delgado (-), Francisca Parra (2), Ángela Nieto (-), Lourdes Guerra (-), Cristina Cifuentes (4), Lorena Tellez (3), Mireia Díez (-), Fátima Koudia (-), Teresa Álvarez (1), Sara Moles (1), Elena Cuadrado (2), Rafaela Bergara (-), Amaia González de Garibay (3). Entrenador: Miguel Ángel Peñas y Sergio Escudero.

Marcador cada 5 minutos: 2-0, 4-4, 6-6, 6-7, 8-9, 10-10 (descanso), 11-11, 12-11, 13-14, 13-14, 15-15 y 15-18 (final).

Árbitros: Jesús Álvarez y José Carlos Friera.

El Bera Bera bate al campeón


El Super Amara Bera Bera tumbó al Rincón Fertilidad Málaga (28-31), que defendía su corona copera de 2020, en el choque estelar de la ronda de cuartos en el Rita Hernández. Las malacitanas llegaron al descanso con un gol de ventaja -14-13- y las donostiarras orquestaron un plan perfecto. A ocho minutos del final, lucía un empate a 24, pero las actuales campeonas de Liga fueron más eficaces (28-31) ante las reinas de la pasada Copa. El rol de Fernandes resultó impresionante (siete goles). El Bera Bera se las ve en semifinales con el Elche Visitelche.com, que se dehizo del KH-7 Granollers (22-19). Por su parte, el Liberbank Gijón cayó fulminado por el Guardés en (30-24). El recital de Aida Palicio (9 goles) resultó insuficiente para maniatar a las gallegas, que tuvieron a Paula Arcos a su mejor mimbre (9 tantos). | Efe

Compartir el artículo

stats