La incógnita se ha ido desvelando paso a paso y el anuncio se hará oficial en las próximas horas, a más tardar a finales de esta semana. Según ha podido saber SPORT, Koeman será el entrenador del Barcelona durante la próxima temporada con lo que se pone punto y final a un culebrón que habrá durado demasiado.

Joan Laporta, presidente del club, ya anunció en la presentación de Eric García que las posturas se estaban acercando en las últimas horas. Y es que ese mismo día y en la jornada de este miércoles se han producido contactos que allanan definitivamente el camino para que Koeman siga. Antes de dar el paso, Joan Laporta quería una serie de garantías para la próxima temporada y para ello sus lugartenientes, Mateo Alemany y Rafael Yuste, han efectuado movimientos para clarificar el escenario, tal y como deseaba el presidente.

Según ha desvelado la SER, una de las demandas del presidente era tener la certeza de que el equipo volvería al 4-3-3 y dejaría la defensa de tres centrales para el olvido, volviendo así a los preceptos marcados por Johan Cruyff. Según estas informaciones, el técnico solo explicó que si tuvo que recurrir a este nuevo sistema fue por la manera en la que estaba configurada la plantilla y que no tenía problema en volver al sistema original, siempre y cuando tenga los mimbres adecuados.

Otro de los aspectos que estaban encima de la mesa, tal y como desveló ayer SPORT, era que el contrato de Koeman necesitaba ser adecuado a los nuevos tiempos. Esta junta pretende rebajar la masa salarial del club con unos contratos compuestos por un fijo bajo y un variable en función de títulos más elevado. Esta nueva manera de funcionar afectaba también al entrenador, que verá como tiene un salario inferior al que tenía pero con la opción de cobrar más si gana títulos o incluso, tal y como aseguraba ayer SPORT, incluir un año más opcional en el caso de llegar a los dos títulos. Así pues, Koeman renovaría su contrato hasta 2023, con un año más que sería efectivo si logra los objetivos marcados.

Y es que Laporta tiene muy claro que uno de sus retos es cambiar la mentalidad de todas las secciones del club, pues considera que hoy hay un espíritu conformista, perdedor. Una manera de cambiar esta manera de funcionar es la de cambiar los contratos de todos los jugadores del club. El Kun Agüero fue el primero en aceptarlo, luego llegó Eric García a quien le cambiaron la oferta presentada el pasado diciembre y ahora le toca el turno a Koeman.

Laporta entiende la prisa del entorno en definir quién será el entrenador de la próxima temporada pero para él era mucho más importante asentar las bases para trabajar en una dirección muy concreta. Y con este nuevo contrato y tener la certeza de que el estilo de juego del equipo, Laporta tiene garantías de que se opta por el buen camino.

En las próximas horas hay previsto un nuevo encuentro entre Laporta y Koeman, que se intentará que sea en el más absoluto de los secretos, para sellar esta continuidad.

En realidad, todo el trabajo de cara a la planificación de la próxima temporada, con altas y bajas de jugadores, se ha efectuado con el consentimiento de Koeman. Escuchando su opinión para llevar a cabo sus deseos siempre y cuando sean viables económicamente. Solo así se entiende la llegada de Eric, Wijnaldum o Depay, todos ellos jugadores deseados por Koeman y de Kun Agüero quien, tal y como recalcó Laporta, llega con el beneplácito del entrenador holandés.

Koeman seguirá y finalizan unas dudas de Laporta, que tenían sentido. A Koeman el equipo se le ha desmontado en los momentos decisivos de la temporada, no era un técnico puesto por el propio Laporta, una parte del vestuario no lo considera un mago de los banquillos, su despedida era exageradamente cara para el Barcelona y no había opciones en el mercado que garantizasen una mejora. Koeman, por otra parte, se le valora lo bien que ha representado al Barcelona, su historia en el club, su conocimiento del fútbol de Cruyff y su apuesta por dar protagonismo a los chicos de la casa, jóvenes, sin que le pese la responsabilidad. Todo se ha puesto en una balanza y ha acabado ganando el sí.