El Barça y Neymar han enterrado el hacha y han puesto fin a los litigios que venían arrastrando desde que el delantero brasileño puso rumbo a París. El club ha perdonado al brasileño 16,7 millones de euros a cambio de que este deje de reclamarle 43,65.

Ambas partes ya decidieron suspender el juicio que tenían pendiente por el dinero que el exjugador reclamaba por su finiquito. El Barça le reclamaba 10 millones por la retenciones fiscales además de los 6,7 que el Juzgado de lo Social número 15 de Barcelona dictaminó que la estrella del PSG debía devolverle.

El club ha anunciado que este lunes que finalmente se ha llegado a un pacto amistoso para poner fin a las cuatro procesos judiciales abiertos: tres en el ámbito laboral y uno en el civil.

Condenado fiscalmente por su fichaje

Tanto el fichaje como el finiquito de Neymar habían supuesto un dolor de cabeza legal para el club. Cabe recordar que Josep Maria Bartomeu llegó a un pacto con la fiscalía y la Abogacía del Estado para que tanto él como el expresidente Sandro Rosell quedaran exonerados y el Barça fuera condenado a pagar 5,5 millones de euros por dos delitos de fraude a Hacienda. El fiscal pedía siete años y seis meses de prisión para Bartomeu y tres meses para Rosell. 

El club consideró aquel pacto como un mal menor, ya que la fiscalía reclamaba 22,2 millones de euros. Sin embargo, ya llevó a cabo, a principios del 2014, una declaración complementaria de 13,5 millones. Según el acuerdo, a lo largo del 2011, Rosell, en su calidad de presidente del Barça, inició las negociaciones con el delantero brasileño para incorporarlo a la plantilla. Como consecuencia de estas conversaciones, las dos partes llegaron a un acuerdo por la que el club azulgrana pagaría 40 millones de euros como “prima fichaje”. Como anticipó el Barcelona pagó 10 millones para asegurarse el fichaje que, de manera definitiva, debía producirse en el 2014. También se firmó un contrato de imagen con la sociedad N&N (propiedad de la familia Neymar).

Sin embargo, en el 2013 los directivos del Barça tomaron la decisión de anticipar el fichaje de Neymar a ese mismo año. Dicha decisión supuso, entre otras cuestiones, la necesidad de abonar una cantidad al jugador superior a la inicialmente prevista en el 2011. Para ello se formalizaron una serie de contratos con tres sociedades vinculadas a la familia del jugador. El acuerdo refleja que “la finalidad última” de la utilización de tales sociedades era “aparentar que los pagos” obedecían a operaciones mercantiles con esas empresas y “fragmentar” la verdadera retribución del jugador para ”mantenerla oculta”. Estas sociedades, por lo tanto, solo operaron como “intermediarias” en los pagos satisfechos por el club.

Pero el objetivo “principal” de esta operación era, según el pacto este miércoles corroborado, era reducir el coste para la entidad que suponía la incorporación del jugador, “y ello por el procedimiento de eludir o minorar subrepticiamente la tributación” a Hacienda. Es decir, se simuló “el objeto real de los pagos”, que en realidad no era el formalmente declarado, sino encubrir las verdaderas retribuciones al jugador. De este modo, se eludió, “en su mayor parte”, el pago de los impuestos derivados de los rendimientos de trabajo que debían haber tributado por el Impuesto de Renta de no Residentes, ya que en el 2013 Neymar no llegó a residir en España más de 183 días.

Por los contratos firmados en el 2011 y en el 2013, la Agencia Tributaria entendió que se había defraudado a Hacienda 9.1 millones de euros, satisfechos al fisco por el club con la declaración complementaria de 13,5 millones de euros de principios del 2014.