El Barça se jugará su continuidad en la Champions en la última jornada de la fase de grupos. Tras no pasar del empate contra el Benfica, tendrá que ganar en Múnich si no quiere estar a expensas de lo que haga el conjunto luso en casa frente al Dinamo de Kiev. Hace 20 años que el club azulgrana no cae en la primera ronda de la máxima competición europea. Más allá del revés deportivo, quedar fuera supondría otro palo económico para las maltrechas arcas del club.

El Barça había presupuestado 20,2 millones en premios por llegar al menos hasta los cuartos de final de la competición: la UEFA paga 9,6 millones por alcanzar los octavos y 10,6 para los que pasen a la siguiente ronda.

Si no lo logra, el conjunto de Xavi pasaría a jugar la Europa League, donde las recompensas son mucho menores: 1,2 para los que jueguen los octavos, 1,8 para cuartos, 2,8 por llegar a semifinales, 4,6 por meterse en la final y 4 por ganarla. Es decir, en el mejor de los casos podría ganar 14,4 millones para mitigar el impacto de quedar fuera de la máxima competición europea.

El año de Serra Ferrer

La última vez que el Barça jugó la Europa League fue en la temporada 2000-2001. Bajo el mandato de Joan Gaspasr y tras la marcha de Luis Figo, el equipo que dirigía Lorenzo Serra Ferrer no pasó de la fase de grupos de la Champions, después de perder en casa contra el Milan (0-2), empatar en San Siro (3-3), no pasar de las tablas en el campo del Leeds (1-1) y sufrir un revolcón en el estadio del Besiktas (3-0). El técnico balear sería destituido después de sufrir ante el Liverpool la segunda eliminación europea de la temporada: McAllister, al transformar en Anfield un penalti por manos de Kluivert, decidió la semifinal de la Europa League.