Falta una hora para que Carlos Santiso debute como entrenador del Rayo Vallecano femenino y alrededor de la ciudad deportiva del club hay más cámaras de televisión que aficionados, reflejo del desequilibrio entre expectación mediática e indiferencia aficionada por el técnico que iba a marcar toda la tarde. Queda tan solo media hora y sigue ocurriendo lo mismo. Son las 16.30 horas de un miércoles que resulta ser el día más cálido y soleado que ha contemplado Madrid en meses y encima el equipo masculino recibe al Mallorca en cuartos de Copa apenas unas horas más tarde. Los elementos están en contra de este Rayo-Valencia.

Poco a poco, en forma de goteo, van llegando los aficionados, casi todos anónimos. "Soy mujer, ¿qué voy a decir? Pues que es indignante, una vergüenza. Pero yo vengo a verlas a ellas, que son las importantes", dice una joven seguidora preguntada por la contratación de Santiso tras el audio en el que alentaba una violación grupal. "Solo venís cuando hay mierda", responde otro a la prensa, con una buena dosis de razón, cuando se le pregunta.

El mencionado anonimato lo rompe Rita Maestre, portavoz de Más Madrid en el Ayuntamiento de la capital. "Ha alentado de manera explícita una violación grupal, de ningún modo puede ocupar este cargo. Es una nueva muestra de que el Rayo no cuida a sus jugadoras", denuncia ante una maraña de micrófonos antes de sentarse en las gradas portátiles del campo vallecano, en el que apenas se han congregado dos centenares de personas, siendo generosos.

Los banquillos se sitúan en la banda contraria a la tribuna, lo que en cierta manera protege a Santiso de algún comentario personal. Frente al aluvión de críticas y desprecios recibidos en los días anteriores, lo que a la hora de verdad recibe de Vallecas es indiferencia. Normalidad.

A los 10 minutos de comenzar el encuentro, vital para ambos equipos en su lucha por no bajar, aparece el único reflejo del terremoto de los últimos días, en forma de dos pancartas colocadas desde el exterior de las instalaciones. "La franja no se marcha, fuera machistas". "Santiso fomenta la violencia. Presa le protege". Ahí empieza y acaba todo lo relativo a la tormenta.

Hechos

El pasado viernes, el Rayo anunció la contratación de Santiso para tratar de revertir la mala racha de resultados del equipo, claro colista de la clasificación liguera. La decisión enseguida encontró el rechazo frontal de aficionados y peñas rayistas, llegando a calificar al técnico de "machista degenerado".

El motivo de la repulsa era el contenido de un audio en el que Santiso anima a los miembros de su antiguo staff técnico a hacer "como los del Arandina", en referencia a los tres futbolistas que fueron acusados de agredir sexualmente a una niña de 15 años y finalmente dos de ellos condenados por abuso sexual, en una polémica sentencia, que ponderó la madurez de la niña y la ausencia de evidencias que probaran el agravante de intimidación durante los hechos.

El entrenador del Rayo puntualizaba que debían buscar una mujer que fuera "mayor de edad para no meternos en jaris [sic] cargárnosla ahí todos juntos". "Eso es lo que une realmente a un staff y a un equipo. Mira a los del Arandina, iban directos al ascenso", añadió Santiso en unas palabras pronunciadas hace cuatro años.

Abrumador rechazo

Las jugadoras del Rayo emitieron el martes un comunicado, a través de AFE, tachado de tibio por parte de muchos aficionados: "Reprobamos y rechazamos estas declaraciones por ser contrarias a la dignidad de las mujeres y que son de una gravedad que no es aceptable en ningún caso. [...] Queremos dejar claro que si estas palabras hubieran correspondido a unos hechos, nosotras lo hubiéramos denunciado de forma inmediata ante la autoridad judicial".

Futpro, sindicato mayoritario, también se pronunció en contra de la contratación de Santiso, remarcando que están trabajando "en medidas efectivas que impidan que el equipo de Primera Iberdrola disponga de un técnico con esos precedentes".

"No puedo entender por qué en el Rayo se produce una contratación que sonroja y que es lo último que merecen nuestras mujeres futbolistas. Las declaraciones de Santiso son nauseabundas, indignas y terroríficas", declaró públicamente el presidente del Consejo Superior de DeportesJosé Manuel Franco. La RFEF, por su parte, ha puesto en manos de su Comité de Ética la contratación del técnico de 31 años.

Santiso, tras días de marejada, publicó el martes por la noche un comunicado a través de la web del club en el que dice sentirse "arrepentido y avergonzado" por una "desafortunada, y de muy mal gusto, broma machista imperdonable", remarcando de carece de antecedentes penales de ningún tipo, "mucho menos sexual". Palabras que no han rebajado la tensión a su alrededor.

"Están al límite"

Toda esta situación vuelve a poner el foco sobre las condiciones que padecen las jugadoras del club que preside Raúl Martín Presa, quien ha defendido la contratación de Santiso y su continuidad en el cargo. “Ellas están al límite”, resumen desde el entorno de unas futbolistas a las que el club ha prohibido hablar, según informó Radio Marca y ha confirmado este periódico. “Pero eso no es nuevo, hace tiempo que les tienen vetado hablar con la prensa", puntualizan fuentes muy cercanas al vestuario franjirrojo.

Como ya informó El Periódico de España, las jugadoras del Rayo viven en una precariedad indigna para cualquier deportista, más en el caso de participantes en una liga ya declarada profesional por el CSD, a la espera de que los clubes acuerden definitivamente unos Estatutos que lo ratifiquen.

En su día a día, las jugadoras no disponen de un gimnasio, dado que el que hay en la Ciudad Deportiva ha quedado, por normas covid, para uso exclusivo del equipo masculino. Algo que ha ocurrido en más clubes, solo que el resto se ha preocupado de buscarles una alternativa a sus jugadoras, llegando a acuerdos con gimnasios privados.

Sin médico

Tampoco disponen de atención médica específica, más allá de la ambulancia que debe estar obligatoriamente en todos los partidos, llegando a situaciones como la que ocurrió en la visita del Athletic a Vallecas. En ella, el médico de las bilbaínas tuvo que asistir a la rayista Camila Sáez tras sufrir un fuerte golpe en la cabeza por el que acabó en un hospital.

La desatención a las jugadoras se extiende fuera del campo, dado que algunas de ellas viven en pisos de alquiler que debería pagar el club, que argumenta que esas condiciones no aparecen en los contratos. Desde el entorno de las futbolistas dicen que ese asunto está “controlado”, en el sentido de que no hay un peligro de desahucio inminente, “pero en absoluto solucionado”. Lo mismo ocurre con el corte de suministro del gas que sufrieron en uno de esos pisos.