El Betis se medirá con el Valencia en la Cartuja después de sufrir ante un Rayo que le apretó de lo lindo y pudo pasar dando la sorpresa. Se adelantaron los rayistas ante un cuadro heliopolitano que especulaba, pero en los diez minutos finales los verdiblancos demostraron su pegada (1-1) y lucharán por el título en casa. Gloria al Betis, honor al Rayo.

Betis y Rayo, dos equipos que miran siempre a la portería contraría, se medían en el Villamarín con una renta mínima de los verdiblancos que obligaba a los madrileños a salir buscando 'Puerta Grande o Enfermería'. Y se notó en el primer cuarto de hora, en el que los de Iraola se hicieron con la pelota y apretaron, sin crear ocasiones claras.

Pellegrini pidió a los suyos dar un paso adelante y el Betis descongestionó el partido. Comenzó a tener la pelota y pisar el área rayista. Todos los ataques, en las dos áreas, generaban incertidumbre. Pero no terminaban de cuajar los acercamientos. Estaban tan cerca que el Rayo igualase la eliminatoria como que el Betis certificase el pase a la final. La presencia de Fekir y Canales no terminaba de alegrar el juego local, mucho más comedido y responsabilizado de lo habitual.

Esperando el zarpazo

Comenzó la segunda parte con el encuentro en el alambre. Mal asunto para un Betis que no sabe gestionar los partidos mirando el marcador, en lugar de tener el balón en los pies. Apretaba el Rayo y el Betis contemporizaba esperando el momento de dar una dentellada, pero sin ese reprix exuberante que le ha convertido en el equipo revelación de la temporada. Bravo bramaba desde su área para sacar de su campo a su gente, pero el Rayo aguardaba su momento consciente de que tendría una oportunidad para igualar la eliminatoria.

No terminaba el Betis de controlar la situación, ni el Rayo de concretar su dominio. Iraola verticalizó la propuesta con Nteka, pero el partido seguia en un limbo que no terminaba de romper en las áreas. Trataba de llevar el partido el equipo de Pellergini al campo rival, pero los vallecanos, con su fútbol directo, no tenían problema en pisar área verdiblanca. Merecía más el conjunto visitante, se le adivinaba el miedo a la parroquia local. Y ocurrió. Un obús desde 30 metros de Bebe en la primera pelota que tocó acabó en la red de Bravo. Lo merecía el Rayo, lo merecía el Betis.

Pero este Betis tiene mucha pólvora y Pellegrini tiró de Joaquín y Borja Iglesias en los diez últimos minutos y el Betis lo agradeció. Subió el ritmo, el cambió la cara y un balón profundo rematado por Canales terminó en la red empujado por Borja Iglesias. Pudo aún cambiar el partido con otra falta que Bebe, desde la misma posición. estrelló en la barrera. E incluso Joaquín pudo marcar el 2-1, pero echó fuera un mano a mano. El Betis estará en la final, pero pudo estar el Rayo y habría sido tan merecido el pase como el de los verdiblancos.