Tres Ligas conquistadas de las cuatro disputadas con el Barça. Tres Bundesligas de las tres disputadas con el Bayern Múnich. Cuatro Premiers de las seis disputadas con el Manchester City: 10 de 13 en total. ¿Qué calificativo merece semejante logro? Libre es el adjetivo. El autor tiene solo un nombre: Pep Guardiola.

La épica adquisición (o retención) del campeonato de este domingo en el Etihad desparramó una riada de pasión que recorrió las calles de Manchester, teñidas ahora de celeste tras unas décadas en las que predominaba el rojo. El City de Guardiola está a la altura del United de sir Alex Ferguson, elevado a categoría única (el equipo y el entrenador) de referencia en el fútbol inglés.

Ganar más de dos títulos por temporada en el mundo del fútbol es una barbaridad. El extraordinario promedio solo adquiere su verdadera dimensión con la comparación. Con Ferguson, por ejemplo, sirve: el técnico escocés es el más laureado de la historia con 49 trofeos ganados en 39 temporadas (algo más de un título de media); entre esos 49 logros, hay 16 Ligas, ganadas con el Aberdeen (3) y el Manchester United (13).

Guardiola solo ha recorrido una tercera parte de carrera de Ferguson. Difícilmente completará una trayectoria tan dilatada y longeva, pero es mucho más rápida en la recolección de éxitos porque ya ha acumulado 32 títulos, de los que 10 son ligas, el cetro principal en el fútbol.

"Haber ganado cuatro de las cinco Premiers quizá sea el éxito más importante de nuestras carreras", reflexionaba Guardiola, aludiendo al grupo que ha formado en el Etihad. Esas cuatro ligas son la mitad de las ocho el City en 142 años de historia.

"Haber ganado cuatro de las cinco Premiers quizá sea el éxito más importante de nuestras carreras. Estos chicos son eternos, son leyenda ya"

No hablaba solo por él. ”Estos chicos son eternos, son leyenda ya”, valoraba del núcleo que le ha acompañado desde su llegada. Doce futbolistas, casi la mitad, han participado en esta era, desde Ederson, el portero, hasta Gundogan, el autor de un doblete decisivo para una remontada memorable.

Porque el City perdía 0-2 en el minuto 69 con el Aston Villa y, aunque el Liverpool, empataba en Anfield con el Wolverhampton, el triunfo de los rojos les arrebataba el título. "Estuvimos más cerca de perderlo que de ganarlo", se sinceró Guardiola, pero se produjo lo que él llamó el 'momentum': el gol de Gundogan (m.76), el tiro de Rodri (m. 78) y otra llegada de Gundogan (m. 81)

Un 'momentum' que le sirvió para un par de observaciones. La primera tenía que ver con la creciente relevancia que se le da a los datos en el fútbol. "¿Dónde está el big data cuando juegas 90 minutos con la emoción de ser campeón? Ese es el partido más difícil de ganar. Es como cuando sacas para ganar el torneo de Wimbledon: los tenistas dicen que es el servicio más difícil", relataba Guardiola, que enlazó el monólogo con la todavía recordada semifinal perdida ante el Madrid en la Champions. Todavía afeada al técnico.

"¿Dónde está el big data cuando juegas 90 minutos con la emoción de ser campeón? Ese es el partido más difícil de ganar. Es como cuando sacas para ganar el torneo de Wimbledon: los tenistas dicen que es el servicio más difícil"

El City supo aguantar el balón en los últimos tres minutos junto al córner, ya con el marcador a favor. En Madrid, vencía por 0-1 en el minuto 86. "No teníamos la sensación de que pasara nada e incluso Jack [Grealish] dispuso de dos ocasiones claras de marcar. Y, de golpe, recibimos dos goles. ¿Cómo te lo explicas?", apuntaba. Lo mismo le sucedió al Villa, noqueado en un instante con dos tantos sin saber de dónde habían venido.

La derrota del Bernabéu quedó sepultada en Manchester, aplastada por el mayor valor que en Inglaterra se le concede a la Premier. Pep suscribe la misma valoración: "No digo que la Premier sea más importante o mejor que la Champions, pero sí que es más honesta. No miente: son 38 partidos, en casa y fuera, y todos los equipos te crean problemas. Al final, el que gana es porque es el mejor", dijo, sin falsa modestia.

"No digo que la Premier sea más importante o mejor que la Champions, pero sí que es más honesta. No miente: son 38 partidos, en casa y fuera, y todos los equipos te crean problemas. Al final, el que gana es porque es el mejor"

Tampoco la tuvo cuando atribuyó al Liverpool la condición de ser "el peor rival con el que me he encontrado en mi carrera". Lo justificó en base a la progresión experimentada por el club de Anfield tras la llegada de Jurgen Klopp. "Antes se podía ganar una Premier con alrededor de 80 puntos; ahora necesitas más de 90", sostuvo. Al Liverpool le ha vencido en dos campeonatos con un punto de diferencia y en la jornada final.

"Cuando mayor es tu oponente y más dificultades te crea, más grande es tu victoria", valoró, mientras desarrollaba la segunda reflexión. Era sobre la derrota, vivida en carne propia, con el 0-2 lacerando la piel, antes de infligirla al Villa en el campo y al Liverpool en la tabla.

"La magnitud de nuestro éxito está relacionada con la grandeza de tu rival"

"¿Alguien puede decir que el Liverpool es perdedor con lo que hemos hecho los últimos cinco años? ¿Alguien cree que el Chelsea es un perdedor tras haber caído en dos finales por penaltis?", preguntaba al aire, aludiendo a dos equipos que han vencido al City recientemente.

"La magnitud de nuestro éxito está relacionada con la grandeza de tu rival", seguía Guardiola, que solo admitió: "Somos una pequeña pulgada mejor que el Liverpool". Nada más, insistiendo en que el Liverpool de Klopp era, es, el competidor más difícil con el que está lidiando como entrenador, dejando de lado a José Mourinho, por ejemplo. El portugués levantó tres ligas en 12 temporadas con el Chelsea. Arsène Wenger también tres en 22 campañas con el Arsenal. Eran los extranjeros más laureados en Inglaterra. Hasta que aterrizó Pep Guardiola en 2016.