Muchos alemanes, neerlandeses y belgas que este lunes circulaban por las autopistas de sus países debieron quedar totalmente extrañados al ver a tantos y tantos coches acreditados del Tour, entre ellos los de la caravana publicitaria, que se trasladaban desde Dinamarca al norte de Francia, tras un día sin competición, tras dos jornadas de decepción deportiva en tierras danesas y con la esperanza de que las etapas dibujadas esta semana devuelvan la salsa y el espíritu de competición a la ronda francesa.

Los corredores, de momento los 176 que tomaron la salida en Copenhague, una ciudad golpeada por un tiroteo irracional, siguen sin novedad y este lunes ya entrenaron por los alrededores de Dunkerque, de donde sale la cuarta etapa, la primera en territorio francés, con un guion de colinas para tratar de buscar la emoción y despertar algún ataque entre las figuras de la prueba.

Pero, sobre todo el miércoles, habrá que estar pendiente de los adoquines propios y comunes de la París-Roubaix, porque el Tour se viste con el traje del ‘Infierno del Norte’ para vivir una etapa que puede ser tan decisiva como las jornadas claves anotadas en los Alpes (la semana que viene con el Granon y Alpe d’Huez) y la siguiente en los Pirineos (con Peyragudes y Hautacam). En los adoquines cercanos a Roubaix, aunque sin pasar por enclaves de leyenda como el Carrefour de l’Arbre, se puede perder un Tour porque si se cede una minutada luego será imposible de recuperar con la llegada de la alta montaña.

Por esta razón, en competición o en entrenamiento, todas las estrellas de la carrera entrenaron sobre el ‘pavés’ francés o bien buscaron la alternativa de los adoquines belgas, como Tadej Pogacar que, entre otras carreras, se apuntó al Tour de Flandes y casi lo gana.

Todo el mundo sabe que este miércoles Wout van Aert (el líder) y su enemigo deportivo irreconciliable, Mathieu van der Poel, hasta ahora en posiciones de retaguardia, la van a liar. Ambos son como un libro abierto y de las consecuencias que puedan acarrear, con un Primoz Roglic que siempre irá a rueda del jersey amarillo, alguno puede salir muy tocado antes de que el viernes llegue la primera cita con las cumbres, en la Planche de les Belles Filles, donde Pogacar ganó el Tour de 2020 con un gesta para la historia.

Los resultados del domingo