El ciclista Simon Clarke (Israel-Premier Tech) ha ganado este miércoles la quinta etapa del Tour de Francia, disputada entre Lille y Arenberg sobre 157 kilómetros, en un infernal pavés donde Tadej Pogacar (UAE Team Emirates) voló para casi destrozar, sumado a caídas y averías de rivales, esta ronda gala que sigue liderando Wout van Aert (Jumbo-Visma).

Simon Clarke, veterano corredor australiano de 35 años, se llevó la victoria de etapa --primera en el Tour para él-- desde la fuga al no dejar de creer nunca en sus posibilidades y meter la rueda en el último momento al neerlandés Taco van der Hoorn (Intermarché), con el noruego Edvald Boasson Hagen (TotalEnergies) tercero.

La fuga del día, formada casi de inicio, tuvo seis integrantes pero finalmente fueron cuatro los que se jugaron el triunfo. El estadounidense Neilson Powless (EF Education-EasyPost) fue cuarto, pese a que llegó a ser líder virtual de la prueba, y su compañero Magnus Cort quinto, pero cortado a 5 kilómetros de la meta.

Pero las bombas de la etapa estuvieron por detrás. En una etapa que no defraudó, que tuvo de todo y que pudo llegar a ser más clave que un final en alto, destacó el nivel de un vigente campeón Tadej Pogacar que dejó atrás a todos sus rivales en una nueva y distinta exhibición, esta vez sobre adoquines, a lo largo de once tramos y casi 20 kilómetros acumulados. Sin equipo arropándole, con su compañero Brandon McNulty caído siendo su único escudero, Pogacar demostró que es un ciclista todoterreno y de otro nivel. Hasta pareció poder disputar la etapa, cuando fue el único que pudo seguir la rueda del especialista Jasper Stuyven (Trek-Segafredo) y recortaron, juntos, tiempo a la fuga.

Al final, Pogacar no llegó a disputar la etapa y sólo pudo meter 13 segundos de margen a la mayoría de sus rivales, pese a que llegó a disponer de un minuto de ventaja respecto al cortado gran grupo. Y, si esos 'gallos' no perdieron más poder en el gallinero, fue gracias a la lucha del líder, del maillot amarillo, Wout van Aert para ayudar a Jonas Vingegaard.

En la locura del infierno adoquinado, el danés tuvo problemas mecánicos y, tras varios cambios de bici con compañeros, finalmente cogió una nueva de su coche de asistencia. Con ayuda del equipo, la clave fue que Van Aert --que se fue al suelo una vez, y casi dos, antes del pavés-- se dejara caer hasta su grupo para, a modo de 'apagafuegos', dejara esa pérdida en los 13 citados segundos. A quien no pudo ayudar Van Aert fue al otro líder del Jumbo-Visma, un Primoz Roglic que se fue al suelo en una montonera al salir de una rotonda. Inicialmente, parecía que el esloveno podía reengancharse, pero no fue así. No pudo ni seguir al grupo de Vingegaard, que ahora parece ser el líder del equipo. Además, Roglic pudo haberse dislocado el hombro en la caída. De momento, se dejó 2:08 con Pogacar y 1:55 con otros favoritos.

Entre ellos, el español Enric Mas (Movistar Team), que fue uno de los líderes que, agrupados, entraron en ese grupeto de van Aert, Vingegaard y compañía junto a los INEOS Grenadiers Adam Yates y Geraint Thomas, el galo David Gaudu (Groupama-FDJ), Jakob Fuglsang (Israel) y Nairo Quintana (Arkéa Samsic), entre otros.

La general provisional la sigue liderando Van Aert pese a cederla virtualmente durante esta etapa, con 13 segundos de margen sobre Neilson Powless y 14 sobre Boasson Hagen. Tadej Pogacar es cuarto a 19 segundos e Yves Lampaert (Quick-Step) es quinto a 25 del belga.

Este jueves, la sexta etapa llevará al pelotón desde Binche hasta Longwy en una jornada de media montaña sobre 219,9 kilómetros, la más larga de esta ronda gala. Una etapa a modo de clásica con un final escarpado con dos muros en los últimos 6 kilómetros que podrían dar para mucho si las fuerzas acompañan.