Sigue sin convenir apostar contra Serena Williams, ni siquiera a estas alturas. A punto de cumplir 41 años, sin ningún grande en su casi inigualado currículo de 23 desde que conquistó en 2017 Australia y con la decisión anunciada a principios de agosto de que va a “evolucionar” fuera del tenis, todo en esta edición del Abierto de Estados Unidos se ha planteado como una despedida, pero algunos la han hecho demasiado temprano.

Pasó el lunes, cuando la organización celebró una ceremonia de homenaje que se llevó a cabo incluso aunque Williams había batido a Danka Kovinic, su rival de primera ronda. Y ha vuelto a pasar este miércoles. Porque muchos pensaron que Williams no podría con Anett Kontaveit, la número 2 del mundo, una tenista de 26 años que ni siquiera había nacido cuando Williams debutó en el circuito profesional. Pero Williams pudo.

Un thriller de nivel

Desplegó un juego que devolvió el recuerdo de tiempos más gloriosos y recuperó un nivel que últimamente no se le veía en las pistas. Y aunque tras ganar el primer set en el tie break con un saque directo cedió el segundo y necesitó llegar al tercero, batió a la estonia en un intenso partido de calidad. El encuentro, mejor que muchos que se han podido ver en rondas más avanzadas en grandes recientes, se vivió como un thriller en la Arthur Ashe, llena de nuevo hasta la bandera, con un público entregado sin concesiones a la estadounidense, en cuyo palco estaba sentado Tiger Woods.

 El 7-6 (7-4), 2-6 y 6-2 demuestran que a Serena aún le queda fuego dentro. Y sus reacciones en la entrevista en la pista a un par de preguntas de Mary Joe Fernández recordaron también una parte de lo que ha hecho a Serena Serena. Cuando Fernández le preguntó cómo había batido a la número dos replicó sonriendo: “Soy una jugadora bastante buena. Esto es lo que hago mejor. Me encantan los retos, crecerme ante ellos”. Y cuando la antigua tenista inquirió sobre si se había sorprendido de su nivel Williams reaccionó con un gesto casi burlón. “Soy, simplemente, Serena, ¿sabes?”, dijo riendo.

Disfrutar el momento

Williams profundizó también sobre la pista y luego en su rueda de prensa en cómo vive este momento. Explicó que todo lo vive “como un extra”. Aseguró que se está “divirtiendo” y que, además de concentrarse y tratar de dar lo mejor en cada partido, lo que quiere es “disfrutar del momento”.

Se siente, además, en una parte, liberada, con una sensación que no había sentido desde 1998, el último año antes de abrir precisamente en Nueva York su triunfal carrera en los Grand Slam. “Por primera vez desde entonces no tengo que ganar. Y no tengo nada que perder”.

En el horizonte cercano de Flushing Meadows, en cualquier caso, sigue el potencial de su 24 grande, ese con el que igualaría el récord que Margaret Court estableció antes de la Era Open. Pero aún queda camino para alcanzar ese sueño. De momento el viernes, tras disputar este jueves un partido de dobles junto a su hermana Venus, se enfrentará en la tercera ronda a la australiana Ajla Tomljanovic.