La cosa en Arthur Ashe este jueves fue de sustos para Rafael Nadal y sus fans. Primero, el que dio Fabio Fognini, que se apuntó el primer set ante un Nadal que salió absolutamente desdibujado a su partido de segunda ronda en el Abierto de Estados Unidos. Luego, una vez que el de Manacor fue lentamente volviendo a sus formas, o al menos a las suficientes para enderezar las cosas y tomar el control, un desafortunado golpe con la raqueta en la nariz en el cuarto juego del cuarto set que obligó a Nadal a recibir atención médica. Pero al final los dos quedarán como un mal recuerdo que se perderá ante el resultado, Porque Nadal acabó ganando 2-6, 6-4, 6-2 y 6-1 al italiano y ya se ha colocado en tercera ronda del torneo neoyorquino que ha conquistado ya en cuatro ocasiones, donde le espera su amigo Richard Gasquet.

Entre Nadal y Fognini no hay buenas vibraciones. Fue en este mismo escenario donde, en 2015, el italiano remontó dos sets en contra y apeó a Nadal de la lucha por el título. Este mismo año Fognini también calentó las cosas pero fuera de las pistas, cuando en Wimbledon sugirió que la lesión abdominal de Nadal no era tan grave como acabó demostrándose.

Esos eran los precedentes para el partido de este jueves, pero el mayor problema para Nadal no estaba en su rival, sino en él mismo. Ha reconocido luego que quizá ha jugado “uno de los peores principios de un partido nunca”, y es mucho decir para el veterano de 36 años.

Pero ahí es donde poco a poco ha ido apareciendo el tenista que no por nada tiene 22 grandes en su haber, más que nadie. Y el segundo set ha sido también un baile de errores, en el que ninguno de los dos ha conseguido mantener su servicio en los cinco primeros juegos. Pero Nadal ha empezado a ver más fallos en Fognini y en cuanto se ha abierto la ventana, ha tirado no solo de juego, sino de cabeza.

“Cuando estos días pasan, ojalá que no muy a menudo, necesitas estar positivo y no frustrarte. Si te frustras, no vas a encontrar una solución, por lo que he pensado que el partido es largo y me he mantenido positivo”, ha explicado. “Después de ganar el segundo set las cosas han sido más normales, pero, por supuesto, no ha sido un buen partido”.

El desafortunado golpe con la raqueta también ha amenazado con desviar esa recuperación pero al final ha quedado en un susto. Ha sido doloroso y le ha dejado mareado pero tras la atención médica ha podido volver. Incluso reírse luego, cuando ha contado que sí le había pasado antes, pero nunca con una raqueta, sino “con un palo de golf”.

Lo bueno es que todo queda atrás. Y como decía Nadal, ahora viene otra oportunidad para él. Y “seguir con vida después de un partido así significa mucho”.