Mucho ruido y pocas nueces. El París Saint-Germain y el Benfica empataron (1-1) este martes por la noche en París un partido que no tuvo demasiado historia sobre el césped. El conjunto propiedad de Catar fue sobre todo noticia por los rumores de la posible marcha de Kylian Mbappé. Quizás picado por estas informaciones, el delantero francés lideró el ataque de su equipo con un gol de penalti, además de su dinamismo y sus incursiones por la banda. Sin embargo, el buen partido del goleador de Bondy no resultó suficiente para darle la victoria a su equipo, que acusó la baja de Messi y que ha sido incapaz de ganar a los portugueses en los dos recientes duelos en la Champions, ni en Lisboa ni París.

El PSG empezó dominando el balón, aunque no generaba excesivo peligro. De hecho, la primera ocasión la tuvo el Benfica, cada vez más cómodo sobre el Parque de los Príncipes a medida que pasaban los minutos. El conjunto entrenado por el alemán Roger Schmidt —y protagonista de una de las primeras sorpresas de esta temporada al haber dejado al borde de la eliminación a la Juventus, que solo lleva tres puntos— estaba muy bien plantado sobre el campo. Eso dificultaba que los franceses generaran peligro. Sin duda, echaron en falta a Messi, baja por unas molestias físicas. Lo reemplazó en el once el español Pablo Sarabia, que fue el primer jugador parisino en disparar a puerta, pasado el minuto 30.

Otro español, el lateral zurdo Juan Bernat, rompió el equilibrio que marcó casi toda la primera parte. Una incursión suya por la banda forzó un penalti del defensa luso Antonio Silva, quien llegó tarde y se lo llevó por delante. Como no podía ser de otra forma, Mbappé se encargó de lanzar la pena máxima, cinco minutos antes del descanso. Así marcó su cuarto gol en cuatro partidos en esta Liga de Campeones y el 31 en todos sus partidos en la Champions. Una cifra que lo convierte en el máximo goleador europeo en la historia del PSG, por delante de Cavani (30).

Cambios de ritmo

Con su velocidad endiablada y sus cambios de ritmo por la banda izquierda, el goleador de Bondy fue el principal argumento ofensivo de los franceses. Su buen partido matizó la noticia futbolística de un martes marcado por las informaciones de la prensa francesa sobre la voluntad de Mbappé de ser traspasado. “Lo niego categóricamente. Si está contento o no, esa es una pregunta que hay que hacerle a él. Es una pregunta muy personal. Veo a Kylian trabajando, es un profesional extraordinario”, dijo antes del encuentro Luis Campos, secretario técnico del PSG, sobre un traspaso que parece muy improbable de cara al próximo mercado de invierno.

El paso por los vestuarios no cambió el guion del encuentro ni a su protagonista. El Benfica le disputaba la posesión a los franceses, pero al intentar presionar dejaba espacios a Mbappé. El de Bondy estuvo a punto de marcar el segundo con un disparo con rosca en el 51’, pero perdonó. Cuando perdonas, en el fútbol se paga. Y pocos minutos después, Verratti cometió un penalti tonto y lo aprovechó Joao Mario para igualar el encuentro.

Aunque el empate del Benfica se produjo media hora antes del final, el PSG no tomó demasiados riesgos para buscar la victoria. Lo intentó con algunos eslálones imponentes de Mbappé. Al final ambos conjuntos se conformaron con un empate que los deja como colíderes con 8 puntos. Y con un pie y medio en los octavos de final.